Las comparaciones son odiosas, y más si la gente ve en ti el reflejo de un tal Roger Federer. Grigor Dimitrov, encarna a la perfección los fantasmas que ven en el joven búlgaro el sustituto ideal del suizo. Un año después de alcanzar su mejor resultado en un torneo de Gran Slam, unas semifinales que deslumbraron al mundo, la promesa balcánica vuelve a Londres en la otra cara de la moneda: hundido y superado por las expectativas. 

Talento, elegancia y repertorio son las credenciales que ofrece el pupilo de Roger Rasheed. Con tan solo 24 años, el futuro parece que tiene grandes cosas reservadas para Grigor Dimitrov. Pero de momento, el caprichoso presente es el que manda, y parece ponerlo en entredicho. Las cualidades del búlgaro, sin una constancia mental a la altura de la élite, de poco sirven para levantarlo del hoyo en el que se encuentra sumido, firmando un 2015 para olvidar.

De irrupción a decepción en pocos meses

Grigor Dimitrov, número once del ranking ATP, se encuentra en plena caída libre cuando, a estas alturas de la campaña pasada, le pronosticaron un ascenso meteórico. Los estragos que la presión ha provocado en el búlgaro le dejan momentáneamente fuera del Top-10 y, por consiguiente, de la Copa de Maestros de este año 2015. Mientras tanto, el público aún sigue esperando su irrupción, Pero para la decepción solo hay un paso.

En 2014, Grigor Dimitrov llegaba a Wimbledon con tres títulos conquistados. Este año, sus mejor resultados, han sido unas semifinales en Brisbane y Estambul, ambos ATP 250 Ningún título conquistado ni finales disputadas es el bagaje que lleva Grigor Dimitrov esta temporada, amén de la derrota en primera ronda de Roland Garros ante Jack Sock. En plena crisis de resultados e identidad en cuanto a juego, Wimbledon puede ser el escenario idóneo para su renacer. Sin embargo, la realidad dicta que repetir las semifinales del año pasado se antoja una empresa muy complicada.

A estas alturas de 2014, el joven búlgaro había conquistado tres cetros: Bucarest, Acapulco y Queen's. Sus mejores resultados esta campaña, unas semifinales en los ATP 250 de Brisbane y Estambul. Demasiado lejos de la gloria que una vez tocó con los dedos.

Grigor Dimitrov, sin embargo, sufrió el mayor batacazo hace unas semanas sobre el pequeño césped de la capital británica, en Queen's. El balcánico, vigente campeón del torneo, caía en octavos de final ante el luxemburgués Gilles Müller. Lejos de Londres, el balcánico no ha competido más sobre hierba y lleva ya varios días en las pistas de entrenamiento del All England Club. Novak Djokovic, el número 1 del mundo, ha sido uno de sus rivales en esta semana de aclimatación.

Conformismo y poca autocrítica

Tras caer en Queen's ante Gilles Müller, el búlgaro habló con Tennis World Usa sobre el momento que atraviesa y cómo afrontar la situación tan negativa que lo está alejando de los puestos altos del ranking.

"No creo que esté jugando mal, estoy haciendo muchas bien sobre la pista", admitió Grigor Dimitrov, disipando las dudas sobre su juego. Sin embargo, la realidad dice otra cosa: la hoja de ruta del búlgaro está obsoleta y necesita un cambio drástico para volver a maravillar al circuito como ya hiciera en la pasada edición de Wimbledon.

Grigor Dimitrov, sobre las -odiosas-comparaciones con Roger Federer: "Al principio estaba encantado, era divertido, pero cada vez eran más pesadas y terminaron por destrozarme"Otro de los factores de las recientes derrotas, según admite el propio Grigor Dimitrov, han sido las comparaciones con Roger Federer: "Al principio estaba encantado, era divertido, pero cada vez eran más pesadas y terminaron por destrozarme", reconoció el balcánico. "No es una situación ideal para una joven promesa que solo busca mejorar y demostrar su valía", sentenció aludiendo a las -odiosas- referencias sobre sustituir al genio de Basilea.

El búlgaro, sin embargo, quiso quedarse con la nota positiva de su actuación el año pasado, cuando "consiguió la victoria más importante de su carrera" ante el local Andy Murray. "La atmósfera aquí es especial, el público valora cuando estás jugando un buen tenis y sientes su apoyo", afirmó Grigor Dimitrov, quien se deshizo en elogios hacia el torneo que asistió al encumbramiento del balcánico.

La relación entre Grigor Dimitrov y Wimbledon es especial en todos los sentidos. Y con el objetivo de mantener ese idilio con la hierba del All England Club, el búlgaro llega a esta edición sumido en un caos de resultados, sin un plan de juego definido y al borde de una caída en el ranking sin parangón. Pero el joven balcánico sabe lo que es brillar en Londres, donde ya se consagró la pasada campaña. Ésta vez, Londres puede ser testigo del renacimiento de la promesa de 24 años.