Duro estreno del tenista francés en la presente edición del Grand Slam británico. Tras su lesión abdominal a continuación de Roland Garros, la presencia de Tsonga en Wimbledon se había convertido en una incógnita. No sólo su participación sino su nivel con la escasa preparación sobre la superficie ya que el tenista de Le Mans ha sido uno de los pocos del circuito que no ha jugado ningún torneo de aclimatación al pasto.

La semifinales en Roland Garros ha supuesto un punto de inflexión en una temporada algo irregular y la expectación por ver a Tsonga en Wimbledon, donde su experiencia es muy positiva le convierten en uno de los jugadores a seguir durante las dos semanas de torneo.

Muller, hueso duro para comenzar

Gilles Muller se presentaba como primer escollo a evitar en su camino a las rondas finales. El tenista luxemburgués, todo un especialista en la superficie se  antojaba un muy dura prueba de toque para comprobar el nivel del tenista galo. 

El partido comenzó como se esperaba, ambos jugadores apoyados en buenos servicios y finalizando los puntos a la primera oportunidad, Tsonga exprimiendo su derecha y Muller acudiendo a la red a cerrar los puntos. Pocas opciones de break obligaban a ambos tenistas a una concentración máxima durante todo el choque. La frescura del inicio era parpable y hacer un break iba a ser una tarea muy dura. Tanto el primer set como el segundo tuvieron un desenlace común, el tie break. El primero cayó del lado de Tsonga que apoyado en varios reveses a una mano y voleas de gran belleza sorprendió en los momentos cumbres a Muller y fue suficiente para hacerse con la primera manga. Muller no decayó y la suerte fue de su lado en el segundo set donde con una muerte súbita excepcional supo aprovechar los fallos de Tsonga en lo momentos importantes y equlibrar el choque.

Con el cansancio llegaron las oportunidades

Conforme avanzaba el partido el esfuerzo de ambos tenistas daba paso a mayor oportunidad para los restos. La velocidad de los servicios ya no era la del comienzo y los peloteos comenzaba a inundar el partido. La superioridad de Tsonga sobre el fondo se hizo patente y las bolas de break empezaron a ser algo cotidiano en el partido.

Un solo quiebre fue suficiente para adjudicarse el tercer set y acercarse a la victoria. Muller no iba a dar su brazo a torcer y al comienzo del cuarto set rompería el servicio de Tsonga por primera vez en el partido y coger ventaja en el set. A pesar del aumento de intensidad de Tsonga no pudo recuperar el break a continuación aunque gozó de varias oportunidades. Muller no quería dejar pasar la oportunidad de forzar el quinto set e iba a agotar todas sus cartas.

La actitud de  Tsonga no fue suficiente y a pesar de las numerosas oportunidades fue incapaz de equilibrar el set. El partido se decidiría en el quinto set.

Tsonga cerró el partido a lo campeón

Tsonga mayor especialista en partidos largos impuso su categoría de crack y acabó cerrando el partido con un juego que por rato fue de lo mejor del partido.

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