Se vivía mucha expectación sobre el debut de Bautista en la glamurosa Londres en una superficie poco afable con el tenista castellonense. Ante él, Ruben Bemelmans, un jugador que tampoco se sentía cómodo en la hierba. Al final, el español se llevó el encuentro de manera clara en tan solo tres sets, pese a encontrase break abajo en la tercera manga y verse obligado a remontar. El resultado definitivo fue de 1-6, 3-6 y 6-7.

Locomotora inicial

El encuentro iniciaba con un Bautista dubitativo con su servicio, mientras que el belga hacía daño desde el resto. Los golpes planos estaban siendo la tónica de un comienzo lento y con un ritmo bajo. La red, el enemigo y el bote pronto, la gran duda.

El cuarto juego conseguía cambiar la dinámica con el castellonense más dinámico con su derecha, golpe más potente. Un tiro que le daría muchas alegrías a lo largo del partido. El gran momento del español aumentaría con un rosco en blanco que ponía en bandeja el set.

Con 1-4, Bemelmans no conseguía adaptar sus golpes a la lenta hierba londinense. Las subidas a la red eran escasas y el tenista belga no conseguía tener movilidad en las piernas lo que provocaba demora al llegar a los intercambios largos. Bautista terminaría el set con un magistral servicio de potencia y colocación para cerrar un gran 1-6 en el marcador.

El ritmo no desciende

El jugador belga comenzó más suelto y más rápidos de piernas. Ello le permitía llegar a todos los golpeos de Bautista impidiendo la efectividad de la derecha del castellonense.

Los servicios estaban siendo rápidos con mucha confianza en ambos jugadores. Sin embargo, el tenista español estaba enchufado en el día de hoy y estaba sabiendo llevar al límite al belga en los momentos críticos. De esta forma, Bautista tuvo tres bolas de quiebre hasta que con un gran tiro y un error del belga le permitieron coger ventaja.

Todo parecía de cara para el español, empero en su servicio estuvo a punto de llevarse un susto con su saque pese a ir 0-40. Un susto que acabó en nada y que permitió un bajón de Bemelmans que terminaría cediendo de nuevo su servicio que, además, sería el juego que provocaría la victoria del castellonense en la segunda manga.

La inercia del triunfo

Los servicios estaban siendo un momento de respiro y tranquilidad para pensar una manera de afectar negativamente el tenis del contrario. Los juegos en blanco eran una constante a lo largo de la manga. Todo estaba siendo rutinario hasta que el belga sorprendió a Bautista para hacerle un quiebre.

Un quiebre que le costaría mantener tras comenzar a tener problemas con el servicio, debido a los nervios de estar obligado a mantener esa ventaja. Unos nervios que se acentuarían en el momento clave, cuando sacaba para ganar el set, y que permitiría al español recuperar el break y llevar el partido a la muerte súbita.

Bemelmans comenzaría a realizar tiros menos potentes y efectivos, la imprecisión de sus golpes facilitaba las recuperaciones de Bautista y aumentaba los golpes ganadores de este. Finalmente, Roberto Bautista ganaría el tie-break y consagraría su primera victoria en esta edición de Wimbledon.