La pantera se comió a la gacela. Más rápida, más flexible, más ágil y más fuerte. Es un duelo de la naturaleza cuyo resultado se prevee, y que solo puede cambiar en determinadas condiciones. La superficie es una de ellas; Carreño se convierte en guepardo en tierra batida, pero sobre hierba no es más que un cervatillo, lo cual aprovechó Monfils para asestar un golpe mortal en un partido sin excesivas complicaciones.

Carreño fue letal al saque y tímido al resto

No está siendo una buena temporada para Pablo Carreño. Lejos de su objetivo de ascender posiciones en el Top50, el gijonés es el 67 del mundo y presenta un balance de 8-15 partidos ganados y perdidos, que ahora es ya 8-16 con su derrota ante Monfils.

El español está poco resolutivo en momentos cubre todo el año

Se aprecia un estancamiento del joven jugador español, y la hierba no es la superficie idónea para desengrasar su anquilosamiento. El rival tampoco. Gael Monfils no siente devoción por el pasto, pero ostenta recursos de sobra para jugar bien sobre él. Así lo demostró en el partido de hoy, donde fue superior de principio a fin.

Carreño jugó bien con su servicio; intenso de piernas y muy concentrado, el español reducía las opciones de un Monfils algo apático. En cuanto apretó el ritmo el galo, la balanza se decantó de su lado. Así ocurrió en el primer y segundo parcial, donde Carreño no dispuso de ninguna bola de break, mostrando una incapacidad total para leer el saque de Monfils. Siete saques directos y un 70% de primeros servicios por parte del francés, dificultaron mucho la labor a Carreño.

El gijonés jugó un gran tenis en el tercer set pero no pudo rematar

En el tercer parcial el español tuvo claro que no tenía nada que perder, y se lanzó a practicar un juego más incisivo. Incrementaron sus golpes ganadores, siendo trece por tan solo seis errores no forzados, pero ni eso le valió para hacerse con un set para el cual hizo sobrados méritos. Monfils salvó la única bola de break que tuvo en contra y cerró el partido con decisión.

El francés pone de manifiesto su buen momento de forma. Jugó bien los torneos previos a Wimbledon, y éste parece ser el año idóneo para que el galo dé un salto de calidad en el torneo londinense. Y es que Wimbledon es el único Grand Slam en el que Monfils no ha llegado a los octavos de final al menos. Su siguiente rival será Mannarino o Berrer.