429 minutos en pista, 117 juegos y 10 sets es el bagaje que acumula Fernando Verdasco en sus dos partidos de este Wimbledon 2015. El madrileño, como si de la Semana Santa se tratase, ha decidido pagar sus penitencias y "castigarse" sobre la hierba del All England Lawn Tennis & Croquet Club. El español ha llevado sus dos partidos al quinto set, llevando al límite su capacidad física y sufriendo. Pero lo más importante es que, hasta el momento, sus particulares "via crucis" tienen el mismo resultado: la victoria.

Primero fue Martin Klizan la víctima del fondista Verdasco, que le derrotó con un 13-11 en el quinto set. Hoy el que ha terminado exhausto y con las manos vacías ha sido el talentoso jugador austriaco Dominic Thiem.

"Verdascada" en el primero y reacción en el segundo

Los expertos en la materia preveían un partido muy igualado, a cara de perro. No se equivocaban. El primer set avanzaba a ritmo de saques, pero Verdasco se mostraba superior, dominando la mayoría
Verdasco desaprovechó dos bolas de setde los intercambios desde el fondo. En el crítico décimo juego, Thiem cedió dos bolas de set, pero Verdasco fiel a sus principios de complicarse la vida, las desaprovecho. No contento con esto perdió su saque y Thiem cerraba el set en el siguiente. Verdasco acababa de perder un set que tenía totalmente ganado. Otra vez.

Pero en esta edición de The Championships, Fernando tiende a disfrazarse de Ave Fénix y resurgir de sus cenizas. En el segundo set, el madrileño si aprovechó las dudas de Thiem para quebrar y ganar el set en el décimo juego.

En el tercer set Thiem subió el nivel y Fernando terminó por ceder su saque al final. Suficiente para que el joven austriaco cerrase la manga y se quedara a un set de la tercera ronda. Pero, en lo que parecía una batalla por ver quien que pegaba más fuerte a la bola, Verdasco no quería oir hablar de derrotas. Hizo de tripas corazón y se llevó por 6-3 un set en el que fue muy superior.

Los nervios traicionaron a Thiem

Llegábamos al quinto y definitivo set. El habitat natural de Verdasco, donde se desenvuelve como pez en el agua.

Su experiencia en "situaciones límite" se anteponía a la del brillante Dominic, jugador de indudable talento, pero muy verde aún en lo físico y lo mental. Sin embargo sería el austriaco, cabeza de serie número 32, quien diera el primer zarpazo, rompiendo el saque de Verdasco. Pero Fernando tenía claro desde hace ya un rato que ese partido no se le escapaba, y en el siguiente juego recuperaba el break. 3-3. Entonces los nervios y el incesante empuje del madrileño, sacaron del partido a Thiem, que en el crucial octavo juego perdía su saque y, en el juego siguiente, el partido. Verdasco lo había vuelto a hacer.

El gladiador de Wimbledon tendrá que lidiar en la siguiente ronda con una de las bestias más peligrosas del Coliseo. El suizo Stan Wawrinka, flamante campeón de Roland Garros, que busca hacer historia en la superficie que peor se le ha dado en su carrera. De lo que no hay duda es de que Fernando presentará batalla.