Cada deportista tiene un lugar especial. Un sitio donde vivió una experiencia imborrable y comenzaron a escribir un futuro brillante o, simplemente, una ciudad, un estadio o una competición donde cosecharon su primer gran éxito, una situación inolvidable para todas y cada una de las personas que se dedican al deporte de manera profesional. Andy Murray también tiene un lugar y un torneo predilecto, y ese no es otro que Wimbledon.

El escocés llegó a la final en 2012, pero su gran momento lo vivió al año siguiente. El tenista de Dunblane llegó hasta el último partido, donde le esperaba Novak Djokovic, el gran favorito al título. Sin embargo, Murray realizó un partido casi perfecto y consiguió su primer título en la hierba londinense, ante su público, convirtiéndose en el primer jugador británico que se alzaba con el título desde 1936, por lo que los aficionados británicos encontraron en Andy Murray un nuevo ídolo de la raqueta.

Desde ese momento, Andy Murray siempre ha llegado hasta las últimas rondas en la capital inglesa, y este año comenzó el torneo de forma implacable. En la segunda ronda esperaba el holandés Robin Haase, un tenista teóricamente muy inferior al escocés. Y las diferencias se plasmaron sobre la pista número uno del All England Lawn and Tennis Club, pues Murray sólo necesitó 87 minutos para conseguir el triunfo y avanzar con paso firme en el tercer Grand Slam de la temporada.

Murray sólo cometió once errores no forzados

El primer set del torneo fue una muestra perfecta de las diferencias entre ambos tenistas. El escocés estuvo impecable en los puntos ganados con el segundo servicio, en las subidas a la red y en los errores no forzados, pues sólo cometió uno. Con un tenista de la calidad de Andy Murray, estos datos suelen significar que la manga caerá de su lado, pero si además logra aprovechar las bolas de ‘break’, el resultado deja un inapelable 6-1 para el de Dunblane.

En el segundo parcial, Murray empeoró ligeramente sus estadísticas, pero mejoró en apartados como los saques directos, y el número de golpes ganadores, lo que unido a la siempre solidez del escocés desde el fondo de la pista le volvió a proporcionar oportunidades de romper el servicio de Haase. El británico volvió a mostrarse muy efectivo en este apartado, cerrando el set de nuevo con 6-1.

Foto: Wimbledon.

Con el partido prácticamente sentenciado, Murray bajó el pie del acelerador y se dejó ir ligeramente, limitándose a su solidez desde el fondo y a sus escasos errores no forzados para llevar la iniciativa en el tercer set. Esta forma de jugar también le proporcionó en esta manga una oportunidad de ‘break’, que el jugador de Dunblane no desaprovechó. Sin esfuerzo aparente, el escocés cerró el partido tras imponerse en el último set por 6-4.

El escocés logra así acceder a por la vía rápida a la tercera ronda del torneo, fase que ha alcanzado por octavo año consecutivo. El próximo partido de Andy Murray será ante el tenista italiano Andreas Seppi, cabeza de serie número 25.

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