La juventud venció a la experiencia; la pulcritud al desaseo, y el futuro al pasado. David Goffin dio un golpe generacional al barrer de la pista a un Baghdatis que parece estar en el tramo final de su carrera. El chipriota se desenvuelve bien sobre las pistas de hierba, y los pronósticos indicaban que podría dar mucha más guerra de la que finalmente dio al joven belga, pero el Billy Elliot del tenis mundial supo contrarrestar a la perfección su juego.

Apisonadora Goffin

Los dos primeros juegos del encuentro se decantaron rápidamente del lado el chipriota. Baghdatis salió muy concentrado, moviéndose muy bien sobre la pista y contrarrestando el juego polivalente del belga. Pero no fue más que un espejismo.

Pronto los golpes de Goffin adquirieron el veneno que acostumbran, y desarbolaron la defensa de Baghdatis. El chipriota comenzó a estar más pesaroso en sus movimientos y perdió mordiente con sus golpes. Ir a remolque no es un buen negocio sobre hierba, y mucho menos para un jugador veterano como Baghdatis.

El chipriota rompió dos veces el saque del belga pero no fue suficiente

Goffin pudo jugar agresivo pero con margen, el ideal para todo jugador de tenis. Así lo atestiguan sus estadísticas, que arrojan 31 golpes ganadores y 18 errores no forzados. Llevó la manija del encuentro el joven enamorado de Roger Federer, que repite así los octavos de final que hizo precisamente contra el jugador suizo en París, hace ya tres años, momento en que saltó a la fama.

Unos que vienen y otros que se van

Goffin se presente en una cuarta ronda de un major con una madurez mucho mayor, y siendo un jugador que a pesar de su frágil apariencia, ostenta golpes de gran potencia y un tenis que puede adaptarse a la hierba. Tras la decepción que supuso caer en tercera ronda de Roland Garros ante Jeremy Chardy, éste resultado supone un plus de confianza para el belga.

Por su parte, Baghdatis se despide por la puerta de atrás de un torneo que parecía poder suponer su resurgir. Con unas meritorias semifinales en Nottingham, el chipriota se presentó en Wimbledon con confianza, pero también con ciertas molestias físicas que han lastrado su juego. Tiene 30 años pero Baghdatis ha sido sometido a un gran desgaste en su carrera, que se nota en las últimas temporadas.