Superando una grave lesión de cadera y pasando por el quirofano en cuatro ocasiones, Iñigo, ha tenido que dejar de lado en várias ocasiones su evolución con la raqueta en el deporte de sus amores. Este hombre, ha tenido que escuchar mucho en su interior y por su alrededor que sin sacrificio no hay sueños que valgan.

De Wimbledon a Futures

En el 2012, consiguió el mejor puesto hasta el momento, 130 del ranking ATP, a sus 22 años. Eso le valió para jugar su único Grand Slam en las pistas del All England Club donde superando una ronda, cayó frente al ruso Mikhail Youzhny. Tras ese enorme trabajo apareció el calvario. Cuando parecía que el desarrollo iba sin frenos, surgió una nueva lesión.

En el año 2013, únicamente pudo disputar tres partidos entre los meses de mayo y junio. Después, tuvo que dejar la raqueta otra vez, para seguir con su recuperación perdiendo muchísimos puestos en la clasificación. Tras darle varias vueltas, volvió a la competición casi un año más tarde para disputar un torneo de categoría ITF. Algo bueno tenía que suceder después de aquellas maltrechas desgracias. El ATP 500 Conde de Godó, observó el sufrimiento y la superación que pasó el tenista nacido en Irún, otorgándole la opción de entrar en el cuadro final gracias a una invitación.

Ese año le vino bien para volver a sentirse tenista. Llegó a tercera ronda en el Barcelona Open donde también en el mundo challenger se pueden destacar una final y otra semifinal en el torneo de Sevilla. Iñigo Cervantes, con paciencia y viviendo el día a día, no quiso ponerse metas y empezó el 2015 en la previa del Abierto de Australia cayendo frente al belga Steve Darcis.

Del infierno se puede salir

Las sensaciones iban creciendo, el tenis que deparaba cada vez era de mayor categoría y él se lo empezaba a creer. Pasando las siempre complicadas fases previas y batiendo a gente dura en los torneos challengers. Su ranking iba ascendiendo de manera contundente.

La primera semana de mayo, obtuvo un gran regalo gracias a su desparpajo y coraje, que fue levantar el torneo de Ostrava, venciendo a jugadores como James Ward, Rubén Ramirez Hidalgo o Adam Pavlasek. Aún así, eso no fue nada más que el primer paso a esta meritoria historia. Rechazó jugar la previa de Roland Garros y se centró en jugar torneos de esta categoría. Alcanzó la final de Eskisehir en Turquia donde perdió frente a un experimentado Paolo Lorenzi. Sin descanso, la semana siguiente se alzó con su segundo título del año, en la localidad de Vicenza derrotando al australiano Millman en la final.

¿Quién decía que no te podías levantar del infierno? o sino que se lo digan al tenista guipuzcoano. Siguiendo con su buen estado de forma, Iñigo, ha ganado su tercer trofeo challenger del año, dejando su nombre plasmado en el palmarés de la localidad germana de Marburgo obteniendo también el mejor ranking hasta el momento, situándose en el puesto 115.

Este chico ha demostrado que con valentía se puede conseguir lo que te propongas. Su carrera ha estado llena de altibajos y los ha podido superar. De estar casi inmovil a gozar del mejor momento de tu carrera. A ello se le ha sumado, el poder estar presente en el equipo de la Copa Davis frente a Rusia.