En algunas ocasiones, dos miembros de la familia triunfan en un mismo deporte. En disciplinas como el baloncesto es un hecho que se repite con frecuencia, pero en deportes individuales como el tenis, la posibilidad de que se produzca esta situación es más baja. Y aún es menos probable que esos dos miembros de una familia triunfen deportivamente hablando.

En el deporte de la raqueta, el caso más significativo y conocido es de las hermanas Williams. Las dos han sido vencedoras de los grandes torneos del calendario, pero si bien Venus dominó años atrás, ahora es su hermana Serena la que lidera con autoridad el ránking de la WTA. La menor de las Williams acumula un sinfín de trofeos y actualmente es el rival a batir independientemente de la disciplina en la que se dispute el torneo.

En dieciseisavos de final de Wimbledon, ambas tenistas se veían las caras en un duelo siempre competido y en el que la actual número uno partía con cierto favoritismo con respecto a su rival. Con una pista central abarrotada, los pronósticos se cumplieron, y pese a no ser un partido cómodo, la victoria no peligró en ningún momento para Serena Williams.

Foto: Wimbledon.

En el primer set, Serena fue superior a su hermana en todos los aspectos positivos del juego. La estadounidense conectó seis saques directos, 14 ganadores y cometió únicamente ocho errores no forzados. Además de todas esas estadísticas favorables, la norteamericana consiguió mejores porcentajes con ambos servicios, lo que le permitió disponer de dos bolas de ‘break’. Serena Williams no las perdonó y, pese a encajar un ‘break’, cerró la primera manga con un marcador de 6-4.

En el segundo parcial, el juego de Serena mejoró exponencialmente y apareció su versión más demoledora. Los datos explican a la perfección la forma de jugar de la menor de las Williams: cuatro saques directos, cinco errores no forzados y 22 golpes ganadores. Con estas estadísticas, Venus Williams poco podía hacer ante el poderío de su hermana, pero plantó batalla e incluso tuvo mejores porcentajes tanto con el primer como con el segundo servicio. Sin embargo, la contundencia de Serena, especialmente con su derecha, fue absoluta y llegó a disponer de hasta siete bolas de ‘break’, de las que aprovechó dos para cerrar el segundo set y el partido con 6-3.

El guión se cumplió y Serena Williams no tuvo demasiados problemas para vencer a su hermana Venus y avanzar hasta los octavos de final de Wimbledon 2015. En la siguiente ronda del torneo británica, su rival será la bielorrusa Victoria Azarenka, cabeza de serie número 23 y que obligará a la estadounidense a ofrecer su mejor versión sobre la hierba londinense.