Ocho años después, Richard Gasquet ha vuelto a unas semifinales de Wimbledon desde que en 2007 alcanzase la penúltima ronda de un Grand Slam por primera vez en su carrera, última hasta ahora. El francés, llamado a liderar el panorama tenístico internacional desde su etapa dorada como junior, nunca ha dado el do de pecho en las grandes citas desde que se convirtiera en senior. Hasta hoy. Richard Gasquet ha brillado con luz propia para apagar por  6-4, 4-6, 3-6, 6-4 y 11-9 a Stan Wawrinka, el hombre que fue capaz de tumbar a Novak Djokovic en la final de Roland Garros.

Su próximo rival será, precisamente, el número 1 del mundo: el serbio. La reedición de aquel duelo en la Philippe Chatrier de París queda pendiente para Novak Djokovic, quien alcanzó las semifinales tras derrotar al croata Marin Cilic por 6-4, 6-4 y 6-4. Richard Gasquet, un Richard Gasquet distinto durantes estas semanas, se ha erigido como el verdugo del cuarto cabeza de serie del certamen londinense, impidiendo que el 'nuevo Big Four' -con permiso de Rafa Nadal-, copase los últimos puestos de The Championships.


Dominio sin recompensa para Wawrinka

Los dos reveses más estéticos del circuito sin lugar a dudas y dos de los mejores, con permiso de Novak Djokovic y Andy Murray, regalaron a los espectadores una batalla de altos quilates tenísticos de más de tres horas y media, dirimida ante las últimas horas de luz de la tarde que amenazaban con la suspensión del encuentro. El brillo lo pusieron sendos titanes.

Dos jugadores poco habituales en las últimas rondas de los torneo sobre césped, ninguno de ellos especialista, parecían querer poner en duda está condición en los compases iniciales del encuentro: los turnos de saque se solventaban con autoridad y velocidad, sin dar pie a peloteos que se adaptasen al ritmo del adversario. Misma estrategia entre tenistas de similares características. La batalla estaba servida.

Stan Wawrinka, mejor durante los primeros juegos, no fue capaz de conseguir el break y terminó por ceder con su servicio, solvente hasta el 3-3 El servicio del suizo, sin embargo, se imponía con más autoridad que el de su rival. El de Lausanna, apoyado en grandes primeros, decidía los puntos con winners, precipitados en ocasiones, pero acertados desde el inicio. El cuarto cabeza de serie quería ejercer su condición. Pero el francés se negaba y el dominio helvético no se materializó.

Stan Wawrinka, el hombre capaz de privar a Novak Djokovic del ansiado Grand Slam, fue el primero en fallar con su saque cuando el marcador lucía un disputado 3-3. Tras la rotura, la confirmación del francés, muy cerca de la consecución de la primera manga. Apoyado en su servicio, se anotó el set inaugural: 6-4, el galo comenzaba dando la sorpresa.

Cortocircuito final de Gasquet

Las sensaciones no podían ser mejores para el helvético, solvente con su servicio y agresivo al resto. Sin embargo, la superioridad sobre el papel en estos apartados no le sirvieron para anotarse el primer set. Sí para hacer lo propio en el segundo, el cual empezó dominando.

Rotura en el primer turno de saque del galo y, sin dificultad alguna, Stan Wawrinka defendió sus turnos de saque. El resultado: tres juegos consecutivos y el segundo parcial encarrilado. Y más allá de las cifras, las sensaciones, aunque en el tenis, deporte mental donde los haya, un instante puede desbaratar las cuentas a cualquiera.

A Richard Gasquet se le volvió a encender la bombilla y despertó. La solidez del servicio de Stan Wawrinka bajó por primera vez durante el duelo y las tornas volvieron a igualarse en un visto y no visto, devolviendo el parcial de 3-0 al suizo, dolido por lo acontecido hasta el momento. El francés aún no había dicho la última palabra y no quería dejar marchar una oportunidad ansiada desde 2007.

Richard Gasquet, tras remontar un 0-3 en contra en este segundo parcial, cedió tras una infantil e inoportuna doble falta El francés, que unos juegos atrás había bregado para seguir con vida en este parcial, llegaba a los juegos cruciales del parcial con la responsabilidad de sacar adelante su servicio y esperar una oportunidad al resto. Las dudas y la presión no querían perderse el momento y decidieron que el partido que protagonizaron ambos merecía demora. La cabeza del francés, tan frágil a lo largo de su carrera aunque no tanto durante los últimos meses, sufrió un cortocircuito final y cedió el set con una infantil e inoportuna doble falta: 4-6, Stan Wawrinka empataba el encuentro.


Luces y sombras

Stan Wawrinka y Richard Gasquet, dos jugadores con un talento descomunal pero poco acompañados por su mentalidad a lo largo de sus trayectorias, difícilmente muestran consistencia a lo largo de todo un partido. Y más si es de larga duración como el que protagonizaron. El suizo y el francés, protagonizaron un juego de luces y sombras antes del asalto final que decidió la contienda.

Motivado por haber logrado igualar el duelo, el suizo quiso volver a mandar en el partido, dominar el juego y decidir con sus ganadores. El francés, por su parte, parecía adolecer la pérdida del set y, por momentos, haberse quedado sin hoja de ruta con la que deslucir al de Lausanna.

El suizo seguía creciendo por momentos y su tenis iba encontrando ángulos hasta ahora desconocidos. La solidez al servicio seguía imponiéndose ante la falta de argumentos de Richard Gasquet a la hora de contrarrestarlo. Las luces de Stan Wawrinka, que no son pocas, terminaron por conseguir quebrar el servicio del galo en el cuarto juego de la manga y mandar en el tanteo 3-1.

Stan Wawrinka se anotó la tercera manga y dio la vuelta al encuentro, luciendo por momentos su mejor versiónTras el quiebro y los buenos porcentajes de primeros firmados por el suizo, las oportunidades del francés de recuperar la rotura se fueron agotando hasta que el de Lausanna alcanzó con rabia el sexto juego que le otorgaba el parcial por 3-6 y daba la vuelta al marcador.

El de Beziers, desdibujado por momentos, reaccionó a tiempo para empezar a brillar como nunca lo había hechos antes. Ante el torrente de tenis que lanzaba el suizo, la frialdad y consistencia fueron los antídotos necesarios para una remontada de grandes dimensiones.

Sin oportunidades de break a lo largo de toda la cuarta manga, en el décimo juego, con 5-4 para el galo, era Stan Wawrinka el portador de la presión para mantener intactas sus esperanzas de cerrar el encuentro antes de evitar el drama que supone un quinto set. Como si de un guiño del destino se tratase, una doble falta -similar a la registrada por Gasquet en el segundo set- ensombreció al suizo y entregó 6-4  el set a Richard Gasquet.

El resplandor de Gasquet apaga a Wawrinka

Para delicia del público, la batalla presentada por dos artistas de este deporte requería un último y definitivo set para encontrar un ganador del lance y, por tanto, un inmerecido perdedor. Cerca de tres horas de juego acumulaban ambos tenistas a estas alturas pero la luz de su tenis seguía iluminando el All England Club londinense. Pero el resplandor propio de Richard Gasquet terminaría por apagar a su rival.

Los puntos, ahora más propios de un partido sobre tierra batida y no de hierba, comenzaban a alargarse dejando golpes de bella factura. Los dos jugadores disfrutaban devolviendo un sinfín de golpes a cada cual más agresivo que el anterior. Un tenis de altos quilates dictó la nota dominante del set.

Cuando el reloj alcanzaba las tres horas de juego y el marcador lucía un 1-2 favorable al francés, Stan Wawrinka sacaba adelante su turno de saque tras tres deuces. Las piernas comenzaban a flaquear y la lucidez de ambos tenistas comenzaba a verse reducida.

Richard Gasquet, con 5-4 y servicio, no fue capaz de selar el encuentro y dio vida a Stan WawrinkaAl otro lado de la red, Richard Gasquet defendía su servicio autoridad, esperando sus oportunidades de victoria que llegarían en el octavo juego del set, cuando se encontraba 4-3 arriba y consiguió el break que podría ajusticiar a su rival, un Stan Wawrinka echausto y sobre la lona.

El orgullo de Stan Wawrinka, sin embargo, despertó del letargo al que llevaba sometido varios minutos. Las fuerzas de flaqueza se convirtieron en ganas de batallar y prolongar su lucha. El francés estrellaba dos reveses sencillos contra la red y otorgaban el contrabreak al de Lausanna. Su mejor arma a lo largo del encuentro se volvía contra él.

El galo estaba muy tocado, justo de fuerzas que incluso le impidieron echar a correr detrás de las bolas que lanzaba Stan Wawrinka, mejor físicamente tras la maratón a la que se sometieron. El suizo, más agresivo, desperdició un punto de break con 6-6 que bien pudo significar el triunfo: el drive superó la línea de fondo y terminaron por matar a sus aspiraciones.

Gasquet, verdugo de Dimitrov y Kyrgios anteriormente, ahora se medirá a Novak Djokovic en semifinalesLa oscuridad del cielo londinense comenzaba a cernirse sobre el estadio cuando Richard Gasquet se encontraba 10-9 arriba y todo parecía abocado a la suspensión. El helvético, sin embargo, claudicó tras quedarse al borde de levantar un 0-40.

El galo, irradiando felicidad, alzaba el puño en señal de victoria tras el apagón de su rival. Pero no un cortocircuito como los que habitualmente ha sufrido Stan Wawrinka a lo largo de su carrera; uno provocado por la brillantez de un resplandeciente Richard Gasquet, verdugo de Dimitrov y Kyrgios en las rondas previas, y del campeón de Roland Garros en semifinales.