Después del batacazo en la primera jornada de la eliminatoria con las derrotas de Kokkinakis y Kyrgios, Australia estaba en la cuerda floja sin red. Un resbalón condenaba a los oceánicos a la eliminación de la Davis. Por su parte, Kazajistán afrontaba la eliminatoria más confiado, y eran sabedores de que, jugando bien sus cartas, podían dar una nueva sorpresa y pasar por primera vez en su historia a las semifinales de la Copa Davis. Las parejas que iban a medir fuerzan eran Lleyton Hewitt y Samuel Groth, defendiendo a Australia, y Andréi Golubev y Aleksandr Nedovyesov, representando a los kazajos. Los favoritos, por experiencia y jugar en una superficie más favorable para su juego, eran los australianos, pero como ya demostraron los kazajos en la primera jornada, los favoritos pueden caer.

El comienzo del partido fue muy irregular para ambas parejas. Comenzó muy entretenido, y los australianos tuvieron el primer susto con su primer servicio: vieron cómo sus rivales se ponían con tres bolas de rotura que no supieron aprovechar. Además de no conseguir el break, los kazajos cedieron su servicio y se pusieron por detrás en el marcador. Reaccionaron bien poniendo la rúbrica, pero volvieron a ceder y se pusieron de nuevo con un break de desventaja. Los australianos supieron mantener la calma con sus servicios, conscientes de que ya no podían volver a perder su saque y así se lo transmitió su capitán. Jugaron bien su baza y se apuntaron el primer set.

Hewitt y Groth se hicieron fuertes a raíz de perder su servicio. A pesar de que consiguieron ganar el primer set, dejaron muchas dudas en su juego. Nedovyesov y Golubev eran conscientes de que sus rivales estaban jugando con muchas dudas y podían lanzarse al ataque para conseguir ganar el partido y pasar la eliminatoria. Los australianos iban ganando, pero el peligro era muy real.

En el segundo parcial, ambas parejas salieron más concentradas a la pista. Los australianos no querían perder su ventaja de un set, y los kazajos querían dejarse todo en la pista para conseguir sellar el billete a las semifinales. Los tenistas mantenían sus saques con un gran juego, pero las fuerzas estaban muy igualadas y la balanza podía declinarse para cualquier lado. Los australianos dieron un paso más que sus rivales y consiguieron hacer una rotura, pero como las buenas parejas de baile, los kazajos siguieron ese paso y volvieron a igualar el marcador cuando Groth servía para apuntarse el segundo set. El parcial terminó en un tie break en el que la tónica dominante fueron las roturas. Al final fueron los locales quienes aumentaron su ventaja en el marcador.

Por primera vez desde que comenzasen esta eliminatoria en Darwin, el público estaba ilusionado con sus tenistas. Hewitt y Groth querían salvar la debacle vista en la primera jornada, y de momento estaban por el buen sendero, pero faltaba la recta final donde tenían que cerrar el partido y conseguir el primer punto en la eliminatoria.

Comparado con los anteriores, el tercer set fue más cómodo para los de Oceanía. Los servicios de Hewitt y Groth eran brillantes, mientras que Nedovyesov y Golubev salieron a la pista abatidos y conscientes de que tenían que remar mucho si querían llegar a la orilla. Los australianos consiguieron dos roturas que terminaron de hundir la fragata kazaja y se apuntaron el primer punto que recorta distancias en la eliminatoria.

La primera jornada dejó muchos interrogantes acerca del rendimiento de los tenistas australianos, que lo tenían todo a su favor para hacer una eliminatoria sin muchas complicaciones, pero que se les volvió más adversa de lo que cabría esperar. El punto de dobles reduce distancias y deja la eliminatoria con un 1-2 favorable a los asiáticos. El punto es psicológico y da muestras de que los australianos están levantando el vuelo y se les ve más serios y concentrados en la pista. Quedan pues para la última jornada los enfrentamientos definitivos: Kyrgios-Kukhuskin y Kokkinakis-Nedovyesov.