El tamaño no importa; eso habrá pensado un pulcro y ágil jugador francés de 180 centímetros de altitud, cuando levantaba los brazos como vencedor de un duro e igualado choque ante el techo del tenis mundial, fijado en una estatura de 211 centímetros. Los endemoniados saques de Karlovic no pudieron con la paciencia del zurdo francés, que evitó así la reedición de la final del año pasado.

Tomic buscará revalidar el título ante Mannarino, y lo hará con gran confianza al haber sido capaz de sacar un adelante un encuentro que se le puso cuesta arriba. Los sacadores se quedaron en la orilla, y han sido dos jugadores con mucha muñeca y variedad de golpes los que están dispuestos a erigirse en los virreyes de Bogotá.

Mannarino, el hombre de los tiebreaks

Las roturas de saque son la salsa del tenis, pero Karlovic y Mannarino decidieron servir un plato sin salsa alguna que pudiera minimizar el puro sabor de la emoción. El francés ganó un encuentro en el que no llegó a tener ni una sola break. 17 saques directos de Karlovic y una solidez al servicio que convirtieron en imposible hacerle cosquillas al croata.

Pero Mannarino no cejó en el empeño. Mantuvo la concentración todo el encuentro y jugó muy bien con su servicio, desgastando de fondo de pista al bueno de Ivo, y recogiendo los frutos de este trabajo en los tiebreak. El partido fue un mero trámite hasta las muertes súbitas, sabiendo ambos contendientes que se decidiría todo en unos pocos puntos. Y en esos pocos puntos, Mannarino fue el mejor.

Siempre acaba existiendo alguna rendija por la que colarse, en el aparentemente inexpugnable juego de los sacadores, y Mannarino es un experto en encontrarlas y agigantarlas. Así lo hizo frente a Karlovic en el tramo final de los dos tiebreaks, cosechando una gran victoria y llegando a la segunda final ATP de toda su carrera deportiva, tras la cosechada en Auckland este mismo año, que perdió ante Jiri Vesely.

Tomic sabe sufrir

Lo demostró ante Adrián Menéndez-Maceiras y lo ha vuelto a hacer en semifinales, frente a Michael Berrer. Tras las diversas noticias de dispersión que ha dado Tomic en las últimas semanas, el australiano parece decidido a volver a ser el chico maduro y reformado que parecía ser en este 2015. Bogotá es el punto de partida, teniendo como claro objetivo el título.

Bernard Tomic en Bogotá. Foto: atpworldtour

La motivación del australiano es vital para entender su capacidad de sufrimiento y lucha frente a un brillante Berrer. El alemán ha hecho un torneo excepcional y ha acariciado el puesto de finalista; tras la victoria en el primer parcial de Tomic, el teutón no se vino abajo, y logró estar imperial al servicio para hacerse con el segundo set en el tiebreak. Fue en la muerte súbita donde se resolvió el encuentro en la tercera manga, y ahí Tomic tiró de galones para imponerse en los puntos decisivos y situarse a tan solo un paso de su objetivo.