El ATP 250 de Umag ya tiene nuevo campeón. En consonancia con la renovación del propietario del título ha llegado a tierras croatas la nueva brisa que acaricia al tenis mundial. Lo ha hecho encarnada en la piel del austriaco Dominic Thiem, el tenista sub 21 con mejor clasificación en el ránking de todo el circuito. El jugador nacido en Neustadt, quien ya se estrenó como campeón ATP el pasado mes de mayo en el torneo de Niza, de la misma categoría, logró de esta manera sumar su segundo entorchado a un palmarés que promete incrementarse notablemente en las próximas fechas.

En el último escalón hacia la consecución de su segunda corona ATP, Thiem tuvo que sobreponerse al siempre batallador tenista portugués Joao Sousa, quien llegaba a Umag pletórico tras contribuir de forma activa a la victoria de su combinado de Copa Davis y había alcanzado la final realizando un torneo impecable y venciendo a rivales de la categoría de Fabio Fognini y Roberto Bautista Agut en sus dos últimos enfrentamientos. Por su parte, Thiem llegaba a la última ronda del campeonato tras vencer al serbio Dusan Lajovic, a su compatriota Andreas Haider-Maurer y al francés Gaël Monfils, primer favorito del cuadro.

La fuerza ante la voluntad

El encuentro entre austriaco y portugués comenzaba lento y pegajoso. Thiem, un tenista con un perfil mucho más agresivo que el de su adversario, intentaba tomar la iniciativa en unos intercambios que fluían distendidos, con ambos jugadores atentos al recorrido parabólico del esférico amarillo sobre la red. De esta manera transcurrieron los cinco primeros juegos del partido, con los dos tenistas agenciándose sus respectivos turnos de servicio y el espectáculo a punto de comenzar. La grada croata, deseosa de emoción, pedía más a sus héroes de la raqueta particulares.

Sousa, consciente de su inferioridad técnica y de su superioridad física y en lo referido a la consistencia de su juego, buscaba elaborar una telaraña en la que atrapar a su joven e inexperto rival. Sin embargo, Dominic Thiem no tenía pensado dejarse llevar por la dinámica desquiciante del portugués. En el tercer turno de saque de Sousa, el prometedor tenista austriaco dio comienzo a su festival de juego desde el fondo de la pista. La derecha plana y el revés liftado de Thiem comenzaron a trabajar a toda máquina. Sin descanso alguno. De esta forma llegó el primer break del partido.

Con ventaja en el marcador, Dominic Thiem focalizó sus esfuerzos restantes durante el primer parcial en mantener su servicio. En las dos ocasiones lo llevó a cabo con eficiencia. La primera manga caía del lado del tenista más joven por un ajustado 6-4 que, sin embargo, anunciaba tormenta en el horizonte de Sousa. Los golpes de Thiem ganaban fuerza con el transcurso de los juegos y cada vez se hacía más visible la superioridad del austriaco en cada intercambio. El gladiador peninsular, de 26 años de edad, se veía sometido a vagar más allá de la línea de cal que marca el fondo de pista. Thiem estaba desatado sobre la central del ATP 250 de Umag.

El segundo set fue una auténtica exhibición de facultades de la joven promesa austriaca. Con Sousa totalmente desbordado, Thiem comenzó a conectar golpes ganadores de forma desmedida, arrancando los aplausos desatados del público en más de una ocasión. Su tenis se tornó en una melodía cuasi perfecta, una pieza de ineludible fuerza titánica que abrasaba la pelota en cada golpeo lleno de rabia. Joao Sousa apenas existió en la segunda manga y el 6-1 grabado en el marcador fue el más obvio indicador de esta circunstancia.

Sin tapujos ni miedos, Dominic Thiem alzaba los brazos coronándose campeón por segunda vez esta temporada, sumando su título en Umag al ya conseguido en el ATP 250 de Niza ante el argentino Leonardo Mayer. Su meta más próxima: alcanzar este rendimiento en torneos de mayor entidad. A sus 21 años de edad, Thiem accede por primera vez en su corta carrera deportiva al top 25 del ránking ATP. Y su clara intención es la de no detenerse aquí, sino continuar con su ascenso desenfrenado. La próxima semana, tanto Dominic Thiem como Joao Sousa volverán a luchar sobre la arcilla de otro ATP 250: el de Gstaad.