La duración de un sueño no afecta al grado de satisfacción de la persona que lo ha cumplido. El factor importante es llegar a él, sin importar si ese estado de felicidad máxima se prolonga en el tiempo o tan sólo un segundo. El sueño de Jaume Munar se cumplió hace dos días y todo lo que viniese posteriormente sería un añadido más a este logro. El joven mallorquín, de tan sólo 18 años, es una de las grandes promesas del tenis español y la luz a la que aferrarse cuando llegue el ocaso de las grandes raquetas de nuestro país que ocupan las posiciones más altas del ránking ATP.

Munar, que fue finalista de Roland Garros júnior en 2014, ocupa actualmente el puesto 683 de la clasificación individual. El jugador balear está dando sus primeros pasos como profesional, y el pasado martes logró su primera victoria ATP tras la retirada de Guillermo García López en la primera ronda del torneo de Hamburgo. Tras la alegría por esta victoria, Jaume Munar debía medirse en segunda ronda a un jugador experimentado como el italiano Simone Bolelli, que tiraría de su experiencia para romper el sueño del español.

El tenista transalpino comenzó muy concentrado el encuentro y aprovechó cada imprecisión del español para enviar un golpe a su moral. Los nervios comenzaron a traicionar a Munar, que cedió rápidamente su servicio y fue a remolque durante todo el primer set. El punto fuerte del mallorquín, el servicio, fue precisamente el talón de Aquiles en la primera manga, y el escaso porcentaje de puntos ganados con el segundo servicio acabaron costándole muy caro, pues perdió dos juegos con su saque y terminó el set con un contundente 6-1 en contra.

Con todo en contra, el joven español echó mano de su fortaleza mental y sin nada que perder, comenzó a encontrarse más cómodo sobre la tierra de Hamburgo. Jaume Munar fue cogiendo confianza con su servicio y aumentó considerablemente el porcentaje de puntos ganados con el saque, lo que equilibró el encuentro y llevó el segundo parcial al ‘tie-break’. En el juego definitivo, la mayor precisión en los golpes del balear le sirvió para llevar el partido al tercer y definitivo set.

Y en situaciones límite, la experiencia suele ser un factor determinante para conseguir la victoria. Así sucedió en este partido de segunda ronda del ATP 500 Hamburgo, donde de nuevo el servicio jugó un papel fundamental. Bolelli consiguió cuatro saques directos y unos porcentajes mejores que los de su rival en los apartados referentes al saque, convirtiendo este aspecto en crucial para apuntarse la tercera manga por 6-4.

Con esta derrota, Jaume Munar dice adiós a su periplo por tierras alemanas, pero ha conseguido dar el primer paso de un futuro que se antoja brillante. Por su parte, Simone Bolelli avanza hacia la tercera ronda del torneo germano, donde se enfrentará a su compatriota Andreas Seppi.