Un año más el torneo de Atlanta recibía a John Isner en su pista central para defender el título. Los aficionados al tenis de la ciudad estadounidense ya están acostumbrados a ver en el partido definitivo a su compatriota y variar al oponente que tiene al otro lado de la red. En esta ocasión, el tenista que hizo méritos para jugar la final fue el chipriota Marcos Baghdatis, quien a pesar de su veteranía sorprendió a todos llegando hasta el último escalafón del torneo. En ranking es superior Isner, y los precedentes tampoco ayudaban a Baghdatis ya que nunca ha ganado ningún partido al norteamericano. Isner tenía que defender el título contra un rival que se le da especialmente bien.

En el primer parcial se vio la faceta sacadora de ambos tenistas. Isner, como es sabido por todos, basa sus partidos en el saque, si este no funcionase sube a volear y rara vez se le ve jugando desde el fondo de la pista. Baghdatis tiene también un buen saque, pero lo gusta más jugar de fondo y buscar el momento oportuno para subir a la red. Los estilos eran muy diferentes y se dejaba ver en el comienzo del partido. El gigante estadounidense no daba oportunidad a su rival con el servicio; mientras que Baghdatis sufría por mantener su saque. La rotura llegó en el segundo servicio de chipriota que exteriorizó su enfado consciente de que iba a ser muy difícil hacer un break a Isner. El americano no perdió los nervios y con grandes servicios se apuntó el primer set.

Isner fue superior en el primer tramo del partido, lo que le valió para hacerse con la primera manga. A raíz de la rotura el partido se igualó, pero no consiguió el chipriota hacer una rotura que igualase el partido. Mejoró en el tramo final, pero no fue suficiente su buen hacer para acercarse en el electrónico. Si quería tener alguna oportunidad de hacerse con el torneo debía mostrar la versión del tramo final del set.

En el segundo parcial a Isner le costó coger el ritmo con el servicio, pero consiguió hacer una rotura en el quinto juego que iba a condicionar el resto del partido. A raíz del break a Baghdatis le entraron los nervios y se vio superado en todas las facetas por su rival. No conseguía restar los servicios y, para colmo, volvió a perder un servicio que dejó a Isner encarrilado su tercer título consecutivo en Atlanta.

Isner consigue con esta victoria una hegemonía en el abierto de Atlanta. Isner demuestra así que a pesar de haber entrado en la treintena y caer puestos en el ranking, todavía le queda mucho tenis por desplegar. Por su parte Baghdatis vuelve a una final y nos da muestras de que puede dar de que hablar en la temporada de cemento en los torneos venideros. 

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