Jugar en casa suele ser un arma de doble filo. Hay jugadores que se crecen ante sus aficionados y practican su mejor tenis, como por ejemplo Mardy Fish, cuyos mayores logro se produjeron en suelo estadounidense. También existen otros que no son capaces de soportar la presión, el tener todas las miradas puestas sobre ellos, y no canalizan la ilusión en buen juego. Thiem en Austria o Verdasco en Madrid pueden ser ejemplos. Pero si hay alguien que mantiene un idilio firme y es profeta en su tierra, ése es Philipp Kohlschreiber.

Ganador de seis títulos en su exitosa carrera deportiva, este polivalente jugador alemán ha ganado cuatro en su país, y el sexto, cosechado hace apenas unas horas, se ha producido en la localidad donde tiene fijada su residencia: Kitzbühel, Austria.

Solidez por bandera

Excelso el nivel mostrado por el jugador nacido en Munich durante todo el evento, alcanzado el punto álgido en los cuartos de final ante Fabio Fognini. El actual número 39 del mundo adquiere una experiencia y una fortaleza mental, que le hacen ser un jugador letal para todo contendiente.

Se esperaba una final disputada, teniendo en cuenta el gran momento de forma en que llegaba Paul-Henri Mathieu. Resurgido de sus cenizas, el alsaciano se erige en una de las grandes noticias que se han producido en el último mes, ya que verle competir de nuevo al máximo nivel y mostrar su mejor versión a pesar de las lesiones de rodilla, supone un aliciente más para los torneos en los que haga presencia.

Dio batalla el francés, comenzando apabullante el encuentro, sin dar ninguna opción al resto al alemán, y rompiendo el saque de éste en dos de las cuatro oportunidades de las que dispuso. Parecía desorientado en pista Kohlschreiber, que no se esperaba el vendaval de tenis del de Estrasburgo.

Mathieu no tuvo bolas de break a favor en el segundo ni tercer set

Sin embargo, lejos de desesperarse y perder la concentración, el teutón supo leer el partido a la perfección, percatándose del notable desgaste físico acumulado durante la semana por parte de un Mathieu poco acostumbrado a la competición en los últimos años. Comenzó Kohlschreiber mucho más intenso de piernas el segundo set, y ayudándose de su servicio para impedir cualquier conato de rebeldía por parte del francés. Le devolvió el parcial de 6-2, y llevó el encuentro al tercero y definitivo.

Fue ahí donde se apreció que el ritmo de competición es importante, y que Paul-Henri requiere de más semanas en competición para coger una forma física aún mejor. Kohlschreiber desgastó poco a poco a su rival, jugando con paciencia desde fondo de pista y resolviendo el encuentro de nuevo por 6-2.

Semana positiva para ambos

Si bien es cierto que no es sencillo extraer una versión positiva tras una derrota, Mathieu ha de hacerlo. Tras años alejado de la élite del circuito, el hecho de haber mostrado un tenis como el de esta semana le acredita como un jugador a seguir teniendo en cuenta.

Mathieu entrará en el Top100

Con los puntos sumados en Austria, el galo entrará en el Top100, permitiéndole esto acceder con mayor facilidad a los torneos, y sin la necesidad de pasar por la fase previa, algo que hizo tanto en Bastad como en Kitzbühel. Horas de tensión y esfuerzo que se puede ahorrar, con lo que ello puede conllevar para su juego.

Por su parte, Kohlschreiber justifica con este título la temporada de 2015, y suma un nuevo trofeo a su palmarés. El alemán busca por este tipo de cosas, y no tanto como por mejorar el ránking. Su buen juego en Austria le permitirá acudir repleto de confianza a la gira estadounidense.