Llegaba Rafa Nadal a estos octavos de final del Masters 1000 canadiense contento por el juego desplegado en la primera ronda, con la confianza que le dio el proclamarse campeón en el ATP 500 de Hamburgo y con muchas ganas de seguir progresando a base de esfuerzo y buen juego en un torneo que le trae buenos recuerdos (lo ha ganado hasta en tres ocasiones en 2005, 2008 y 2013).

Buenos recuerdos le traía también el rival. Era el decimoséptimo enfrentamiento entre el manacorí y el de Moscú, con un balance claro de victorias para Rafa de 14-2, que se amplió a 15-2 tras la cómoda victoria del número nueve del mundo que sigue progresando en busca de conquistar su cuarto trofeo del año tras los de Hamburgo, Sttutgart y Buenos Aires.

Nadal, de menos a más

El choque empezaba frío, lo que beneficiaba, lógicamente, a un Mikhail Youzhny que quería llevar el partido a su terreno. En apenas un minuto y con su servicio, el ruso ponía el 0-1 con una facilidad que no esperaba ni el propio público que se agolpaba en la pista central del torneo canadiense, en su amplia mayoría, nadalista.

El servicio del manacorí no sirvió para disipar las dudas en lo que al juego del número nueve del ránking ATP en el inicio del partido se refiere. Youzhny dispuso de una bola de rotura con 30-40, pero Nadal logró salvar los muebles, cerrar su saque y poner en el luminoso el 1-1 y las tablas en este comienzo de partido.

Nadal rompió pronto el servicio de Youzhny y se hacía con la primera manga en 47 minutos de juego

Parece que los dos avisos despertaron al mejor Rafa que apareció en el tercer juego de la primera manga. Un juego de nivel elevadísimo por parte de ambos contendientes que acabó cayendo del lado del español tras varios largos intercambios y ángulos increíbles. Rotura y 2-1 con saque para el de Manacor con un break ya en su zurrón.

El partido avanzaba y Nadal mantenía la ventaja hasta el 5-3. El de Moscú intentaba subir su nivel de agresividad con bolas más largas al resto y subidas algo más alocadas a la red, variantes en su juego que no le iban a dar finalmente resultado en una primera manga que se adjudicó el de Manacor por 6-3 tras un último break en el noveno juego. Primer set en 47 minutos de juego para un tenista, el español, que fue de menos a más en el parcial inaugural del choque.

El segundo set a golpe de break para Rafa

En el prólogo de la segunda manga, el de Moscú dejó muy claro que a pesar de perder el primer set, iba a vender cara su derrota y con 1-1 y al resto tuvo un 15-40 muy peligroso para conseguir el break, poner el 1-2 y hacer que aparecieran las dudas en Rafa, pero Nadal reaccionó sumamente bien para poner el 2-1 a su favor.

El partido avanzaba hasta el 3-3 sin que ninguno de los dos tenistas aprovechara en la segunda manga y hasta ese momento ni una de las bolas de break de las que habían dispuesto. Tres el español y dos el ruso.

El manacorí espera rival en cuartos que saldrá del enfrentamiento entre Goffin y Nishikori

Sin embargo, en el octavo juego de este segundo parcial, Nadal olió sangre. El manacorí se aprovechó de los errores no forzados del número 107 del mundo para romper su servicio y ponerse, 5-3 con saque para cerrar el partido.

Con el paso de los minutos, al número nueve del mundo y cabeza de serie número siete de este Masters 1000 de Montreal se le pudo ver más cómodo, disfrutando más de su tenis. Al final tras conservar su saque, Nadal se hacía con el segundo set también por 6-3 y con el partido en una hora y 41 minutos de juego. El balear se enfrentará, en unos cuartos de final durísimos, al vencedor del encuentro entre el belga David Goffin y el japonés Kei Nishikori.