En la final de este torneo estadounidense se enfrentaban, con permiso de Andy Murray, los dos jugadores más queridos por público y seguidores del deporte de la raqueta. Dos tenistas que se habían enfrentado en cuarenta ocasiones con reparto de victorias, veinte para cada uno, y que ofrecieron en el pasado cercano y lejano batallas que serán recordadas a lo largo de la historia.
El serbio llegaba a esta final tras haber sufrido mucho en las rondas previas, sobre todo en octavos de final, cuando las pasó canutas para derrotar al belga David Goffin (6-4, 2-6, 6-3) y en las semifinales, cuando el de Belgrado estuvo contra las cuerdas ante el ucraniano Alexandr Dolgopolov que vendió cara su piel (4-6, 7-6, 6-2) y que llevó al límite al número uno del ránking ATP.
Federer, por su parte, tuvo un camino más cómodo y no cedió ningún set contra ninguno de sus rivales, incluidas las semifinales ante el británico Andy Murray al que derrotó con relativa comodidad. Al residente en Bottmingen se le ha visto cómodo tras su parón en el Masters 1000 de Montreal y a un gran nivel tanto tenístico como físico a sus 34 años, y antes del último Grand Slam del año, el US Open.
Federer, intratable en el tie-break
El partido comenzó con un Roger Federer muy entonado que puso pronto contra las cuerdas a Nole, en el tercer juego del choque. El de Belgrado salvó un 15-40 para irse al deuce y acabar imponiéndose con su servicio, no sin sufrimiento, para poner el 2-1. Pronto se vieron las intenciones del número tres del mundo, sabedor que al residente en Montecarlo se le atragantan los minutos iniciales de los partidos. En esta ocasión, y ante tal embestida, Djokovic salió indemne.
El helvético seguía seguro con un servicio potente e inteligente con una colocación precisa que rozaba las líneas. Su juego crecía y el ex número uno del mundo parecía flotar con una elegancia supina ante el deleite de un público que apoyaba, en su amplia mayoría al tenista de Basilea.
Federer disfrutaba sobre la pista y el público estaba, en su amplia mayoría, con él
El encuentro avanzaba y ninguno de los dos ases del deporte de la raqueta daba su brazo a torcer en lo que a la rotura del servicio del contrario se refiere. Al serbio le costaba más mantenerlo pero seguía sumamente concentrado y agresivo lo que contrarrestaba el mayor nivel tenístico del suizo.
El partido pasaba ya la primera media hora. Minutos que volaban ante el entretenido espectáculo que estábamos contemplando. Los quilates brillaban, al igual que lo hacía el marcador que reflejaba un 4-4 y una igualdad máxima. La red parecía que se ponía del lado del suizo con dos puntos consecutivos en el décimo juego que tras rebotar en la misma caían del lado de Roger, en la pista del de Belgrado.
Federer fue muy superior en el tie-break (7-1) y se hizo con el primer parcial
El partido ponía rumbo a un tiebreak al que se llegaba sin breaks, e incluso sin bolas para la rotura para Nole, y con cuatro desaprovechadas para el suizo. Con esto, Federer logró el mini-break en el desempate y se puso con 1-0 y servicio. A renglón seguido y en uno de los puntos de la final, un revés a una mano del helvético se iba a la línea para poner el 4-1, e irse con un 5-1 franco al cambio de pista. Al resto y de nuevo con dos grandes puntos el suizo conseguía hacerse con el primer set por 7-6 (7-1) en 55 minutos de juego y se acercaba al octavo Masters 1000 de Cincinnati en su dilatada carrera.
Djokovic se va del partido
El perder la primera manga pareció caer como una losa en el estado de ánimo del número uno del ránking ATP, ya que en el segundo juego del segundo set y con su servicio, regaló el break al residente en Bottmingen con tres dobles faltas consecutivas, ver para creer. 2-0 en apenas cuatro minutos de este segundo set.
A Nole se le veía fuera del partido, dubitativo, cariacontecido, decaído y Federer, que olía sangre, seguía ampliando su ventaja hasta llegar al 3-0. El break dio confianza, más aún, a un número tres del mundo al que el parón en el Masters 1000 de Montreal, por lo visto en este de Cincinnati, le ha venido de perlas para descansar y afrontar en el mejor estado de forma posible el tramo final de la temporada tenística.
El tempranero break de Roger en el segundo set le dio el partido en una hora y 30 minutos de partido
El de Belgrado intentaba, de todas las maneras posible, volver a meterse en el choque, pero le costaba un mundo incluso mantener su saque ante el agresivo juego del número tres del mundo que restaba los segundos saques del serbio muy adelantado como viene haciendo a lo largo de todo el torneo.
El público disfrutaba con los últimos puntos del partido y del campeonato y Roger Federer se hacía con este segundo set por 6-3 en apenas media hora de juego, consigue así su séptimo Masters 1000 de Cincinnati, quinto de la temporada y rompe la posibilidad que tenía Djokovic de conseguir el pleno en lo que a los Masters 1000 se refiere.
A sus 34 años, el suizo llega al último Grand Slam de año en un gran estado físico y anímico y es uno de los grandes favoritos a alzarse con el que sería 18º grande en su Palmarés.
Fotografías: Wsopen.com