Garbiñe Muguruza está viviendo una temporada 2015 de ensueño. La jugadora hispano-venezolana está reuniendo motivos suficientes como para calificar esta temporada de inolvidable. Los resultados y el juego ofrecido en algunos de los torneos más importantes del calendario han llamado la atención de todos los seguidores de este deporte, que ven en ella a una de las posibles dominadoras del circuito femenino en los próximos años. Pero antes de comenzar a soñar con metas mayores en 2016, Muguruza debe poner el broche final a este espectacular año tenístico en el cuarto y último Grand Slam de la temporada, el US Open.

Comienzo intermitente

La jugadora española comenzó la temporada compitiendo en tierras australianas, concretamente en Sydney, donde llegó a cuartos de final. El siguiente torneo fue el primer Grand Slam de la temporada, el Open de Australia. En el campeonato celebrado en Melbourne, Garbiñe igualó su mejor resultado alcanzando la cuarta ronda, y sólo Serena Williams evitó un mejor resultado de la tenista española en el primer torneo importante de la temporada. Sin embargo, la tenista nacida en Venezuela derrotó a algunas rivales destacadas antes de caer eliminada por la actual dominadora del tenis femenino.

Antes de continuar con la competición individual, Garbiñe Muguruza participó en la Fed Cup bajo los colores de España, venciendo los dos encuentros individuales disputados ante el combinado rumano, incluyendo a Simona Halep, la número tres del mundo. Su actividad normal se reanudó en Dubái, donde llegó hasta las semifinales tras derrotar a rivales potentes como Carla Suárez, Jelena Jankovic o Agnieszka Radwanska. Peor le fueron las cosas en Doha, donde tuvo que retirarse en primera ronda.

Indian Wells y Miami fueron las dos siguientes paradas de Muguruza en la temporada 2015. La jugadora hispano-venezolana cayó en la tercera ronda del primer torneo, mientras que en el segundo también fue eliminado en dicha eliminatoria. A continuación llegó la temporada de tierra batida, donde la hispano-venezolana compitió en primer lugar en Stuttgart, cayendo en segunda ronda ante Simona Halep. En Marruecos, torneo en el que participó tras recibir una ‘wild-card’, la segunda ronda también fue la barrera de la jugadora española. El tercero torneo sobre tierra batida que disputó Garbiñe fue el Mutua Masters de Madrid, donde no pudo pasar de la segunda ronda tras caer ante la rusa Svetlana Kuznetsova.

El segundo Grand Slam de la temporada se presentaba como una oportunidad de seguir creciendo para Garbiñe Muguruza. La tenista residente en Barcelona había logrado su mejor resultado en un Grand Slam en la edición de 2014 del torneo parisino, y este año tenía la posibilidad de alcanzar cotas mayores en Roland Garros. Tras derrotar a cabezas de serie como Flavia Pennetta o Angelique Kerber, Muguruza se enfrentó en cuartos de final a Lucie Safarova donde terminó perdiendo en dos sets, lo que le sirvió para igualar su mejor resultado en un ‘grande’.

El primer sueño cumplido

La preparación para Wimbledon no fue demasiado buena para la tenista nacida en Venezuela. Garbiñe perdió en la primera ronda de Birmingham y en la tercera de Eastbourne, pero nadie podía imaginar lo que iba a suceder en la capital inglesa en el tercer Grand Slam de la temporada. La tenista española fue de menos a más en el torneo y tras derrotar a Angelique Kerber, Caroline Wozniacki y Timea Bacsinszky, se plantó en las semifinales de un Grand Slam por primera vez en su historia. En la penúltima ronda de midió a la polaca Agnieszka Radwanska, que nada pudo hacer ante la soberbia actuación de Muguruza. La española llegaba así a la final de Wimbledon, un éxito que no lograba ninguna tenista española desde Arantxa Sánchez Vicario en el año 1996. En la final, y pese al buen juego desplegado en ambos sets, Garbiñe Muguruza terminó sucumbiendo ante el poderío de Serena Williams, que acabó rompiendo el sueño de la jugadora hispano-venezolana.

Foto: Wimbledon.

Tras su exitosa participación en Wimbledon, Garbiñe sólo ha disputado dos torneos antes de llegar al US Open, ambos sobre superficie dura y que le han servido como preparación para el cuarto y último Grand Slam de la temporada. En Toronto, Muguruza cayó en segunda ronda, mientras que en Cincinnati su aventura se terminó en primera ronda. Sin embargo, y a tenor de lo sucedido en Wimblendon, esta preparación no debe ser tomada muy en cuenta a la hora de analizar sus opciones de triunfo en Flushing Meadows.

En la novena posición del ránking WTA y con una buena actuación en los tres anteriores Grand Slam del año, Garbiñe Muguruza confía en poner el broche de oro a una temporada inolvidable realizando un buen papel en el US Open, un torneo que ha disputado en tres ocasiones y en la que su mejor resultado ha sido la primera ronda. En 2015, Garbiñe Muguruza tiene una oportunidad inmejorable para crecer sobre superficie dura y comenzar a dar los primeros pasos hacia el éxito en Nueva York.