La constancia, la garra, el coraje y la lucha contra sí misma. Eso es lo que encarna María Sharapova, la gran castigada por la emperatriz Serena Williams. La rusa osó desafiar a Serena cuando era una niña, y aún hoy paga los platos rotos de una rivalidad claramente decantada del lado de la estadounidense, que ha marcado la historia del tenis femenino en el siglo XXI.

Pero lejos de amilanarse o venirse abajo por ese escalofriante head to head de 18-2 en favor de Serena, con 16 partidos consecutivos ganados por la estadounidense, Sharapova sigue intentándolo todo, y desafiando las leyes de la capacidad mental. Resulta admirable ver a la rusa sobre la pista, animándose en cada punto sea cual sea su rival y su nivel de juego, siempre humilde, siempre concentrada. Sharapova tiene cinco Grand Slams en su poder, pero a sus 28 años sigue aspirando a mucho más. Ha ganado los cuatro majors, pero mucho ha llovido desde su título en Nueva York. Sharapova ha venido para ganar.

Éxitos adolescentes en Nueva York

Sharapova es un ejemplo de precocidad en el deporte, y su rendimiento en la Gran Manzana cuando no había cumplido los 20 años fue excelso. Con 18 y ya un Grand Slam en su haber cosechado en Wimbledon, la rusa alcanzó unas meritorias semifinales, donde perdió frente a Kim Clijsters por 6-2 6-7 6-3.

Tan solo un año después, Sharapova llegaba con la presión añadida de no haberlo hecho bien en los anteriores Grand Slam, donde no pasó de semifinales. Se tomaría la revancha frente a la otra gran jugadora belga del momento, como era Justine Henin, tras ganar a tenistas de la talla de Dinara Safina o Amelie Mauresmo. En la final de 2005, Sharapova se mostró implacable, derrotando por 6-4 6-4 a la elegante jugadora belga, y levantando así el que era su segundo Grand Slam.

Justine Henin y María Sharapova en US Open 2006. Foto: usopen

No fue capaz de volver a rendir a ese nivel la rusa en Nueva York. Las decepciones se fueron acumulando año tras año, e incluso no llegó a comparecer en 2008 y 2013. Tan solo sus semifinales de 2012, constituyen un oasis de buen juego de la rusa en dicho torneo, siendo apeada del mismo en la penúltima ronda por Victoria Azarenka por 3-6 6-2 6-4.

Decepción mayúscula en 2014 al perder con Wozniacki

El año pasado, María cayó en octavos de final frente a Caroline Wozniacki, en lo que supuso toda una decepción para la rusa, ya que no se cruzaba con Serena Williams hasta la final, lo que suponía una gran oportunidad de llegar a la última ronda. Sin embargo, la danesa cuajó un gran encuentro y derrotó a Sharapova por un resultado de 6-4 2-6 6-2.

Necesitada de títulos

No está siendo nada mala la temporada de Sharapova, pero una jugadora de su nivel a lo que siempre aspira es a ganar Grand Slams. Campeona en Brisbane y Roma, no parecen torneos suficientes para una competidora como ella. Rindió a buen nivel en Australia y Wimbledon, donde solo pudo ser frenada por Serena Williams, mientras que algo más decepcionante fue su eliminación en octavos de final de Roland Garros a manos de Safarova.

María Sharapova en Roma, 2015. Foto: wtatennis

La de Siberia tiene ante sí una gran oportunidad para hacer que año 2015 pase de ser bueno a ser excepcional. Y es que si lograra hacerse con el US Open, Sharapova ya contaría con seis majors en su haber, lo que la acercaría a los siete de jugadoras como Henin o Venus Williams. De las que poseen seis títulos de Grand Slam, tan solo Doris Hart consiguió ganar los cuatro, algo que Masha ya ha hecho.

Sharapova no juega competición oficial desde Wimbledon

Sorprende el hecho de que Sharapova haya decidido no tomar parte de ninguno de los torneos previos al US Open. Esto le habrá conferido un descanso físico y mental necesario, y más tras su ruptura con Grigor Dimitrov, cuyos efectos en su juego aún están por comprobar. Llegará muy fresca a Nueva York la rusa, pero la falta de ritmo de competición puede ser una clara desventaja para ella, por lo que las primeras rondas serán claves para sus aspiraciones.