Gris. Ese es el tono que impera en la temporada de la potente jugadora checa, que tanto solo obtuvo algo de brillo al albur de la altitud de Madrid, donde Kvitova desplegó un juego excelso y se hizo con un título que no supone más que una isla en un mar de resultados modestos.

Derrotas recurrentes ante jugadoras de un nivel similar al suyo, como Carla Suárez o Azarenka, y sorprendentes frente a Pliskova o Bacsinsky, han bloqueado la progresión de una jugadora con potencial suficiente para hacerlo bien en todas superficies, pero que por el momento solo en hierba ha sido capaz de hacer grandes cosas en Grand Slam.

US Open, asignatura pendiente

Letal en Wimbledon, competitiva en Australia en los años 2011 y 2012, donde alcanzó cuartos de final y semifinales, respectivamente, y vulgar en Roland Garros, donde solo en 2012 pudo rendir al nivel exigible para una jugadora de su talento, y alcanzó las semifinales. Sin embargo, en Nueva York no ha habido ni siquiera destellos del juego incisivo y potente de Petra.

Enigmático entender el por qué del mal rendimiento de la checa en Nueva York

La superficie parece propicia para que la derecha de Kvitova se convierta en un arma letal, golpeando a la altura de la cadera, donde Petra es difícilmente parable. Sin embargo, las altas temperaturas imperantes en Flushing Meadows casi todos los años, no engarzan bien con la checa, que sufre bajo el sol abrasador estadounidense. Resulta complejo encontrar otra explicación a la incapacidad para jugar a buen nivel, de una tenista con un gran saque y golpes tan potentes como los que ella posee.

No cabe duda que la movilidad es el punto débil de la checa, por lo que quizá llegue algo cansada al tramo final de temporada y se mueva aún peor de lo habitual. Kvitova ha de buscar jugar siempre metida de la pista y subir más a la red. Solo así podrá revertir las malas sensaciones que la acompañan cuando pisa Flushing Meadows.

Y es que su mejor resultado en estas pistas data de los años 2009 y 2012, cuando accedió a los octavos de final. Hace tres años cayó derrotada ante Marian Bartoli en un partido absolutamente loco, jugado en sesión nocturna y donde Kvitova se ahogó en sus propios errores no forzados. El resultado final fue de 1-6 6-2 6-0 en favor de la francesa.

En 2014, la checa llegaba con el aura de campeona en Wimbledon, lo que hacía pensar que estaría pletórica de confianza y podría mejorar sus resultados. Pero nada más lejos de la realidad. Fue sorprendida por una jugadora procedente de la previa, como la serbia Aleksandra Krunic, que la derrotó por 6-4 6-4. Así pues, la checa tiene ante sí la oportunidad de defender pocos puntos, por lo que si logra coger confianza y jugar un buen tenis, puede sumar y mejorar en el ránking.

Crisis de verano

Todo era del color de rosas tras su victoria en Madrid. Parecía que Kvitova había reconducido a tiempo su temporada, y se erigía en una jugadora muy a tener en cuenta para Roland Garros. Sin embargo, perdió en Roma de nuevo ante Carla Suárez, por tercera vez en apenas unos meses, y en Roland Garros una verdugo habitual también logró apearla, como fue Timea Bacsinszky.

Incapacidad de mostrar el nivel de juego con el que ganó en Madrid

Wimbledon parecía que iba a ser el bálsamo para esta especialista en hierba, pero llegó sin jugar ni un torneo previo, y acusó la falta de ritmo de competición cayendo ante Jelena Jankovic en tercera ronda. La desolación se traslucía en el rostro de la checa, que desde ese momento no ha sido competitiva, cayendo a las primeras de cambio en Toronto y Cincinnati, ante Caroline García y Victoria Azarenka, respectivamente.

Petra Kvitova en Wimbledon 2015. Foto: wimbledon

Con estos precedentes no resulta sencillo pensar en que Kvitova cuaje una gran actuación en Nueva York, pero el tenis es impredecible y más con una jugadora del talento de la checa. Su estilo de juego parece adaptarse perfectamente a las pistas de Flushing Meadows, por lo que si logra superar sin dificultades las primeras rondas y coge confianza, puede ser una jugadora a tener en cuenta.