Muchos son los parecidos entre Arruabarrena y Jovanoski, que hacían presagiar un encuentro de máxima igualdad. Edades similares, buena movilidad de ambas sobre la pista, juego versátil y apenas cinco puestos en el ránking entre ambas, siendo 93 del mundo la española y 98 la montenegrina. Pero no existió ningún equilibrio sobre la pista.

Arruabarrena muy nerviosa

Ninguna opción tuvo la española. A pesar de jugar bien en los torneos previos, la preeminencia de tierra batida en los partidos disputados por la donostiarra, hizo que su adaptación a la pista dura no fuera sencilla. Arruabarrena pareció desorientada en todo momento, sin esa chispa en su juego que le permite haberse consolidado en el top100.

Incapaz de conectar golpes ganadores, Lara estuvo muy insegura desde los compases iniciales, cediendo su servicio en el segundo juego del primer set, y estando a remolque desde ese momento. Las esperanzas de remontada en la primera manga se esfumaron con rapidez, al son del bueno juego de una Jovanoski deseosa de repetir los octavos de final que ya hiciera en Australia en 2013.

La montenegrina es una buena jugadora, pero parece haberse atascado un poco en los últimos tiempos. Si logra jugar con el aplomo con el que lo ha hecho frente a Arruabarrena, logrará escalar puestos rápidamente en el ránking. Y es que Lara apretó los dientes en el segundo parcial y lo intentó todo. 

Arruabarrena no fue por delante en el marcador en ningún momento

Llegó a tener bola de break en el quinto juego, tras recuperar un 2-0 en contra, pero puso de manifiesto su falta de confianza. Jovanoski vio cómo había salido airosa de un momento que podría haber cambiado el devenir del partido, y se lanzó con todo a por la victoria. Claudicó antes de lo previsto y, sobre todo, de una manera muy amarga la española, de la que se esperaba mucho menos en este US Open 2015. Jovanoski se enfrentará a la ganadora del duelo que disputarán entre sí, Svetlana Kuznetsova y Kristina Mladenovic.