Cuanto más sufrida más dulce resulta la victoria. Ésto ha de pensar Fernando Verdasco en los últimos Grand Slam, mostrándose imponente en partidos maratonianos. Cuando el electrónico se achica para dar lugar a cinco cifras tras el nombre de cada jugador, el juego del español experimenta un crecimiento digno de estudio.

Con la calma que da el sentirse superior físicamente, el madrileño encajó los golpes que le infringió el eterno Tommy Haas, empeñado en reverdecer viejos laureles. Sin embargo, se encontraría un duro hueso de roer en Fernando, que no se desesperó al ver cómo se le escapa un tercer set en el que tuvo serias opciones de ponerse por delante.

Batalla decantada por el físico

Si con una palabra se podía definir el choque entre estos dos jugadores, era talento. Un talento que ha rebosado en cada golpe. Elegancia y potencia unidas en ambos jugadores, cuyos mejores tiempos han pasado pero que permanecen siendo competitivos. La plasticidad de sus tiros otorga a los aficionados la posibilidad de disfrutar de un espectáculo único, siendo merecedor de comprar una entrada.

Verdasco midió esfuerzos desde el primer momento de partido

Satisfechos se habrán ido los espectadores de la pista 5, ante un encuentro prolífico en bellos puntos y en emoción. Comenzó Haas muy motivado y aprovechó una cierta displicencia de Verdasco, que salió a pista con el freno de mano echado, algo que a veces le ha costado partidos. Pero el madrileño sabía que se avecinaba una dura guerra, en la que tenía las de ganar si alargaba el partido.

Como si de un asedio a una fortaleza se tratara, al madrileño no le importó perder el primer asalto. Cedió una vez su servicio y un Haas con mucho brío definió con solvencia. 6-3 en el marcador. Sin embargo, Verdasco debilitaría las defensas de su contrincante con un certero cañonazo a sus murallas. En un visto y no visto, el español igualaba el encuentro a un set, tras cuajar un segundo parcial espléndido.

Tommy Haas en US Open. Foto: zimbio

Los mejores momentos de tenis, en el tercer setEl partido se fue a un cuerpo a cuerpo en el que se vieron los momentos de mayor brillantez. Haas y Verdasco pusieron todas las cartas sobre la mesa, sacaron todo su arsenal bélico y lucharon a cara descubierta. Puntos largos e intensos, todo el repertorio de golpes que ambos poseen y, en definitiva, mucho espectáculo. Hubo una rotura de saque por parte de cada uno, y el set se encaminó al tiebreak. Haas lo dio todo, se vació, y logró doblegar a un intenso Verdasco.

Se podía vaticinar un bloqueo mental del madrileño, estando ya acostumbrados a sus vaivenes mentales cuando pierde oportunidades. Pero nada más lejos de la realidad. Aguantó estoico el golpe, y se levantó con naturalidad del mismo. Haas no esperaba la entereza mostrada por el español, y pareció impotente ante el buen juego de Verdasco en el cuarto set. Comenzó a moverse con menor intensidad el alemán, que pagaba las horas en pistas y, sobre todo, sus 37 años.

La quinta manga fue un mero trámite para un Verdasco que encadena ya tres victorias consecutivas en Grand Slam a cinco sets, tras las dos cosechadas en Wimbledon y ahora ésta. En segunda ronda se medirá a Milos Raonic, en lo que se espera sea un partido muy complicado. Sin embargo hay señales que invitan al optimismo, como el buen hacer del madrileño contra rivales importantes y el mal momento de forma del canadiense. Con un jugador como Verdasco nada se puede dar por hecho. Continúa en liza el talento de la meseta.