Buena parte de los focos de atención en la segunda jornada de competición en Flushing Meadows estaban puestos en Garbiñe Muguruza. La irrupción de la tenista hispano-venezolana esta temporada la ha situado entre las favoritas para conquistar los grandes torneos del circuito femenino, por lo que la expectación ante sus partidos ha crecido de manera notable. Con un buen rendimiento en los tres grandes torneos anteriores de 2015, Muguruza llegaba a Nueva York convencida de hacer un gran papel, pues su juego se adapta de manera perfecta a la superficie dura donde se disputa el US Open.

La sonrisa de la jugadora afincada en Cataluña conquistó a todos los aficionados al tenis en Wimbledon, donde Garbiñe mostró parte de su potencial y que, si sigue en la misma línea de trabajo, no tardará en pelear por los trofeos más prestigiosos del calendario. Su solidez desde el fondo de la pista, su inteligencia para leer el juego de su rival y su estilo directo apoyado en una potente derecha forman una serie de características que han llevado a Muguruza a situarse entre las diez mejores tenistas del mundo.

Fiel a su estilo

Pero la hispano-venezolana no se conforma con eso y ambiciona alcanzar la cima, comenzando por realizar un buen papel en Estados Unidos que le sirva para cerrar un inolvidable 2015 y seguir creciendo el próximo año para estar en las últimas rondas de todos los torneos. Para ello, antes había que superar a la jugadora alemana Carina Witthoeft, una joven alemana que demuestra poseer un gran talento en cada encuentro.

Hoy la tenista germana tenía una dura rival, y acabó cediendo ante el empuje de la española. Garbiñe comenzó el encuentro con un altísimo porcentaje de puntos ganados con el primer servicio, logrando varios saques directos y siendo letal tanto con su derecha como en sus escasas subidas a la red, lo que pronto desembocó en ventaja en el marcador. Acercándose a su mejor versión, Muguruza dispuso rápidamente de oportunidades de romper el servicio de su rival, situación que aprovechó en dos ocasiones para cerrar el primer set por un contundente 6-2.

Más trabajo, mismo resultado

La mitad del trabajo estaba hecho, pero aún faltaba rematarlo, quizá el momento más difícil en los partidos de primera ronda. No sólo había que mantener el nivel, sino confiar en que la oponente no subiera el suyo y dificultara la tarea. Y Witthoeft mejoró, pues no quería despedirse a las primeras de cambio del US Open 2015. La tenista alemana mejoró en casi todas las estadísticas a excepción de una, los errores no forzados, que suele ser uno de los indicadores más fiables para testar el juego de cada uno de los tenistas.

Mientras tanto, Garbiñe Muguruza continuó en la misma línea de juego que había mostrado en la primera manga: saques directos (siete), efectividad en la red (100%) y 20 golpes ganadores. Con estos números, se antojaba muy difícil una derrota de la jugadora española, que aprovechó dos bolas de ‘break’ para terminar cerrando el partido por 6-4, consiguiendo así avanzar sin demasiadas dificultades a la segunda ronda del US Open 2015. En dicha eliminatoria se enfrentará a la británica Johanna Konta.