Andy Murray está protagonizando un excelente 2015. Uno de los cuatro ‘grandes’ jugadores del circuito masculino, siembre a la sombra del trío formado por Roger Federer, Rafa Nadal y Novak Djokovic, está recuperando a lo largo de esta temporada las sensaciones perdidas en 2014, donde los problemas de lesiones y la irregularidad en su juego provocaron que cerrara la campaña con cero títulos en su casillero, obteniendo como mejor resultado las semifinales alcanzadas en Roland Garros. Pero este año era diferente, y se vio desde el comienzo que volvía la mejor versión del tenista escocés.

Murray ha llegado al menos hasta semifinales en los tres Grand Slam de la temporada, además de otras buenas actuaciones en la mayoría de los Masters 1.000, destacando los triunfos en Madrid y Canadá. En esa situación llegaba el jugador británico a Nueva York, una ciudad que le vio reinar en 2013, pero que las dos últimas temporadas le vio caer en cuartos de final. Y si los debuts nunca son fáciles, el oponente del tenista de Dunblane en esta primera ronda del US Open 2015 era el talentoso jugador griego Nick Kyrgios, que cuestiones extradeportivas al margen, es uno de los tenistas con mayor proyección del circuito ATP.

Igualdad resuelta con efectividad

El encuentro comenzó con una igualdad tremenda, con ambos tenistas manteniendo su servicio y mostrándose incapaces de inquietar a su rival al resto. Con el paso de los juegos, los dos jugadores nivelaron sus estadísticas, por lo que la máxima igualdad sólo podía romperse aprovechando cualquier error de su rival convertido en oportunidad de ‘break’. Andy Murray consiguió el primero, pero Nick Kyrgios respondió y el partido volvió a igualarse. Sin embargo, la mayor solidez mental y desde el fondo de la pista del tenista escocés le permitió romper en una segunda ocasión el saque del australiano, lo que provocó el triunfo en el primer set por un resultado de 7-5.

Foto: Clive Brunskill/Getty Images North America.

El segundo parcial arrancó al igual que el anterior, con ambos tenistas manteniéndose firmes con el servicio y minimizando errores. Sin embargo, con el paso de los juegos, Murray fue mejorando su rendimiento y, sobre todo, cometiendo muy pocos errores no forzados, mientras que el ímpetu de Kyrgios le jugó alguna mala pasada en esta faceta. Si el británico cuenta con oportunidades de ‘break’, el partido se pone muy favorable para él debido a su capacidad defensiva, por lo que Andy Murray aprovechó estas oportunidades para imponerse en la segunda manda por 6-3.

Un pequeño susto... hasta solventar el trámite

Todo parecía encaminarse a una plácida victoria del escocés en tres sets, pero entonces surgió la mejor versión de Kyrgios para poner en aprietos al número tres del mundo. El joven oceánico mantuvo las buenas estadísticas que había conseguido en los dos anteriores parciales y, además, logró reducir el número de errores no forzados, situación que le propició colocarse en ventaja en esta tercera manga, una diferencia que logró mantener hasta establecer el definitivo 6-4.

El cuarto set iba a demostrar si esta derrota parcial de Andy Murray iba a afectarle anímicamente o el jugador seguiría concentrado hasta hacerse con la victoria. El británico, acostumbrado a este tipo de situaciones, ofreció su mejor tenis en el cuarto set. Una efectividad máxima en cada juego, aprovechando cada bola de ‘break’, y sólo un error no forzado fueron las estadísticas de un juego que desarboló a su rival, que se mostró muy impreciso y perdido ante la superioridad del escocés. El jugador de Dunblane cerró el partido con un contundente 6-1 tras completar un set sobresaliente en lo que refiere al aspecto táctico. En la segunda ronda del US Open 2015, Andy Murray se enfrentará al francés Adrian Mannarino.