Pocas veces ha habido tanta atención mediática sobre una jugadora como en este US Open con Serena Williams. La posibilidad de obtener los récords más espectaculares de la historia del tenis femenino parecen estar cohibiendo el juego de la estadounidense, que luce muy precipitada y errática en sus inicios de partido. Le ocurrió frente a Kiki Bertens, y aún más notoria ha sido esta situación frente a su compatriota Bethanie Mattek-Sands.

Errores no forzados por doquier

Cuando una jugadora es netamente inferior a la otra y no cuenta con argumentos tenísticos para poder jugarla de tú a tú y crearla problemas, lo único que le queda es mantener una concentración máxima y una actitud siempre positiva, y jugar el mejor tenis que pueda, esperando y confiando en que su superior no tenga un buen día.

Esta máxima la siguió a rajatabla Mattek-Sands, cuya ilusión y motivación la han hecho mostrarse al mundo como una jugadora realmente competitiva. Especialista en la modalidad de dobles, la estadounidense buscó incomodar a Serena con cambios de ritmo constantes y saques al cuerpo.

Serena tenía ganas de montar un melodrama, y ahuyaba a cada bola que lanzaba fuera. Uno tras otro fueron cayendo los errores no forzados de la menor de las Williams. Unos errores incomprensibles e inadmisibles para una jugadora de su nivel, y que dieron al traste con seis de las siete bolas de break de las que dispuso. Mattek-Sands lo aprovechó y se adjudicó la primera manga.

Pero no era más que un espejismo. La reacción, tarde o temprano, tenía que llegar. Serena continuó en su espiral negativa, pero afinó puntería con el saque. Comenzó a construir su remontada con el servicio, que le dio tranquilidad y confianza. Mattek-Sands mantenía el saque a duras penas, hasta el séptimo juego. Break de Williams pero despiste morrocotudo que acabó en contrabreak de su compatriota. Sin embargo, en el duodécimo juego Serena cerró el set, y el partido.

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Y es que el tercer parcial fue un mero trámite, con una Serena ya lanzada y una Mattek-Sands decepcionada y hundida al darse de bruces con la cruda realidad que supone comprobar cómo no se cuentan con argumentos para ganar el partido. Alimentándose de los errores de Serena había sobrevivio la de las medias hasta las rodillas, y cuando se redujeron, pocas fueron sus fuentes de ingreso de puntos.

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Sobre el autor
Diego Jiménez Rubio
Fui Coordinador General de Más Deportes y Viajes, y miembro del Consejo de Dirección de VAVEL España. Me encanta comunicar mi pasión por el turismo y el deporte, y hacerlo con responsabilidad y profesionalidad.