Jo-Wilfried Tsonga saltaba a la pista neoyorquina cargado de motivación tras dejar atrás a Marcel Granollers y a Nieminen en dos partidos donde ninguno pudieron hacer sombra al tenis directo del galo. Enfrente iba a tener a una de las sorpresas del US Open: Sergey Stakhovsky. El ucraniano se plantó en los dieciseisavos de final después de dos duros partidos contra Marchenko y Millman.

El tenista del este de Europa venció ambos partidos en el cuarto set, pero impresionó al público con su paciencia para jugar desde el fondo y esperar el momento oportuno para soltar el directo; es por lo anterior que los partido contra el ucraniano son muy físicos. Ambos tenistas se conocen bien ya que han coincidido varias veces en la pista. Este dato es poco halagador para Sergey que nunca ha ganado al francés. Tsonga quería demostrar que vuelve a ser una alternativa a los grandes nombres del ranking y Stakhovsky quería seguir sorprendiendo ganando al primer rival fuerte que se ha cruzado en su camino.

Tsonga empezó el choque con saques muy duros que no alcanzaba Stakhovsky para restar correctamente. El francés disipaba las dudas que podía tener a base de cañonazos; los mismos cañonazos planteaban nuevas dudas en la cabeza del tenista ucraniano. El partido iba de golpes directos mientras Stakhovsky mantenía el tipo. Tsonga desaprovechó dos bolas de rotura en el ecuador del primer set. Stakhovsky, a raíz de estas dos bolas, comenzó a ser más conservador en su juego. Tsonga comenzaba a acusar el físico, y comenzó a arriesgar más con su golpes. El riesgo le dio frutos al francés e hizo un break que le permitió anotarse el primer parcial.

Los dos tenistas estaban jugando muy bien, pero al final se impuso el buen tenis de Tsonga que empezó a arriesgar con los golpes y Stakhovsky miraba como las bolas apuraban las líneas. El francés no estaba dominando como se esperaba y el ucraniano no estaba como mero espectador en la pista. Luchó todas las bolas y alargó el primer parcial hasta los cuarenta minutos.

Después del pertinente descanso volvieron los protagonistas a la pista. Stakhovsky vio sangrar en el primer set a su rival y sabía que no estaba muy lejos del nivel del francés. Tsonga por su parte acusaba el físico y los golpes perdían precisión. Apunto estuvo de perder el primer servicio del segundo parcial. El partido se normalizó y ambos tenistas eran muy solventes con sus servicios.

Era difícil meter mano a las veloces bolas que rebotaban en los cuadros de saque. Tsonga veía que el set comenzaba a alargarse más de lo que podía esperar y volvió a arriesgar con las bolas. Sergey, producto de los nervios y de la presión que le metía su rival, cometía errores no forzados que hacían que Tsonga fuese acercándose al break. El ucraniano salvó tres bolas de rotura, pero cedió su siguiente turno y con ello el set.

Stakhovsky estaba jugándole de tú a tú al tenista francés. A pesar del buen juego demostrado en la pista, pegó un bajón en los momentos finales del set que resultaron ser definitivos para el devenir de este. El segundo set se alargó hasta casi la hora de juego. El despliegue físico de los dos tenistas fue muy grande y lo podían pagar en el tercer set.

Mal comenzó el set que resultaría definitivo para el ucraniano que cedió dos de sus tres primeros servicios. Estaba muy tocado físicamente y muchas bolas no lograban pasar de la red. Tsonga, también cansado, se lo jugó todo a sus servicios y a jugada le salió bien al francés que ganó el set definitivo con facilidad en poco más de media hora.

Tsonga mostró una versión muy buena en el primer y en el último set, pero el segundo fue para olvidarlo y correr un tupido velo sobre él. Obviando el set central, el galo jugó un buen tenis bastante directo que le desmarca como una de las alternativas en el US Open. De momento tendrá que superar a su compatriota Benoit Paire en los octavos de final.