Ese último vídeo de Nadal por el pasillo de los vestuarios tras haber caído en tercera ronda contra Fabio Fognini nos ha marcado a todos. Nunca antes un vídeo había reflejado tan bien la situación de un deportista y es que un simple suspiro del español representa todo lo que sentimos sus seguidores: tristeza, decepción e incredulidad.

Tristeza porque a nadie le gusta ver a su ídolo perdiendo y menos en un Grand Slam, y menos en tercera ronda, y menos aún de nuevo contra Fognini. Pero desde luego, a aficionados o no de Rafa, les entristece ver a un deportista que lo ha ganado todo de esta manera, a un deportista que siempre ha sido cercano y ha defendido la marca España hasta el fin con la humildad del mayor competidor de la historia del tenis. Y no lo digo yo, lo dice Sir Roger Federer.

Decepción porque esta este ha sido un partido decepcionante en una temporada decepcionante, en la peor temporada de Nadal en diez años y aún así, es séptimo en la Race.

Incredulidad porque antes de que Fognini "se rompiese los huevos" y empezase a jugar a ser el mejor tenista del mundo una vez más, Nadal iba ganando 2-0 a sets (nadie le había remontado eso en su carrera en 153 partidos). Más grave es si cabe si tenemos en cuenta que el español comenzó el tercer y el cuarto set con un break de ventaja que se difuminó muy pronto.

Sin embargo, una vez más, vuelvo a sentir orgullo, vuelvo a estar orgulloso en la derrota de Rafa Nadal tras ver que de nuevo, ha tenido la suficiente fuerza mental para aguantar en la pista pese a la terrible situación que tenía que afrontar y a seguir peleando hasta el último juego y hasta el último punto. Esa casta y ese coraje... ¡Orgullo de ver como acaba el partido y lo primero que hace después de dar la mano a su rival y al árbitro, es ponerse a firmar autógrafos a los aficionados! ¡Orgullo de ver cómo sale a rueda de prensa y se pone a decir que está feliz de haber recuperado ese espíritu de lucha! ¡Y orgullo de ver como los más grandes son los más humildes!

Tristeza, decepción e incredulidad pero de nuevo, orgullo.

Y por último, una frase que resume todas mis expectativas para el futuro: "Ten paciencia, aguanta, lucha, sigue creyendo. Nosotros seguiremos ahí, empujando, animando y soñando porque tú Rafa, jamás te rindes" Josep Pedrerol.

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Sobre el autor
Javier Larequi
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