La gota que colma el vaso

Cuenta la leyenda que no hace mucho tiempo, había un hombre invencible. Mentalidad ganadora y una portentosa derecha eran las principales armas de un tenista temido, y a la vez admirado, por todos. Con más vidas que un gato, jamás se le podía dar por muerto. Como el Ave Fénix, resurgía de sus cenizas una y otra vez. Era incombustible.

Pero todos los héroes tienen un villano. Y no, no hablo de Fabio Fognini, sino de él mismo. Rafael Nadal ha perdido su prodigiosa cabeza, y sin ella se siente sobre la pista como Sansón sin su larga cabellera.

No nos engañemos, Rafael Nadal nunca se ha caracterizado por un juego brillante. Su desorbitada fuerza mental y la resitencia de una roca han sido los argumentos que han aupado al español a un lugar privilegiado en la historia del tenis. Las lesiones han ido erosionando poco a poco su capacidad atlética, y como consecuencia directa, también su mente. Ahora, sin ninguna de los dos, Nadal se siente desnudo, desamparado.

Como bien admitió el otro día, "el problema está en él". Y este problema no es otro que reconocer que hay un problema. En esta desatrosa temporada, el balear, alegando problemas de confianza, se ha sentado a esperar una mejoría milagrosa que le lleve a ser el de antes, el ganador de 14 Grand Slam, el mejor deportista español de todos los tiempos. Pero hay trenes que solo pasan una vez en la vida, y quizá la última parada de éste fuese Roland Garros, allí donde Djokovic le arrebató su pasaje.

Lo de ayer ante Fognini tiene tintes de sentencia final. Probablemente sea el revés mas fuerte que Rafa nunca haya recibido, mucho más que el de Wawrinka. El golpe que le haga despertar de su letanía, reconciliarse con sí mismo y admitir que el mejor Nadal ya es parte del pasado. Así, y solo así, quizá volvamos a ver una versión relativamente cercana a la del héroe de París.

Cifras que hablan por sí solas

Hasta hace poco más de un año, cuando las cifras y el nombre de Nadal se unían en una misma frase, solía ser sinónimo de récord. Hoy, en una realidad radicalmente opuesta, evidencian la peor temporada del de Manacor en toda una década, esa en la que muchas veces fue simplemente el mejor.

Muchos dicen que el periodismo consiste en recopilar unos datos y analizarlos de una forma en la que el receptor los entienda y pueda sacar sus conclusiones. Pero en ocasiones, y esta es una de ellas, ni el mejor analista del mundo puede interpretar las cifras tan bien como lo hacen ellas mismas.

Fabio Fognini, empeñado en hacer historia cada vez que se enfrenta Primera vez en 153 partidos que Nadal pierde tras ganar los dos primeros setsa Nadal, fue el protagonista de otra hazaña para contar a sus nietos. Con su chulería italiana y una derecha digna de monumento, el de San Remo, se convirtió en el primer hombre capaz de remontar un 2-0 a Rafael Nadal, rey de la épica y el coraje. En las 153 ocasiones nadie había sido capaz. Después de convertirse en el primer tenista capaz de ganarle a Rafa en tierra dos veces en un mismo año, el italiano suma una nueva proeza a un palmarés que, escaso de títulos, vive de hitos.

El partido de ayer estuvo repleto de "primeras veces", y es que el balear perdió a pesar de romper en ocho ocasiones el servicio de su rival, algo que no sucedió en los 35 precedentes.

Debacle en los Grand Slam

Los Grand Slam eran territorio sagrado para Rafa. En las pistas más importantes del planeta, la ya de por sí colosal sombra de Rafa se agigantaba y engullía a sus rivales sin piedad.

Desde que un 5 de mayo de 2005 en París, un chaval de pelo largo, Desde 2005, Nadal había ganado al menos un Grand Slam por temporadacamiseta sin mangas y pantalones piratas asombrase al mundo tras ganar Roland Garros con 19 años recién cumplidos, la leyenda de Rafael Nadal no paró de crecer. Ocho coronas más en París, dos en Londres, otras tantas en Nueva York y un más en Melbourne, completan un total de 14 títulos de Grand Slam, segundo en la clasificación histórica tras Federer (17) y empatado con Sampras.

Sin embargo, la dolorosa derrota de ayer acaba con un impresionante racha, y es que desde 2005, Nadal había ganado cada temporad al menos un major. Para añadir más leña al fuego, este es el quinto Grand Slam consecutivo en el que Rafa no supera los cuartos de final.

Fognini definió el partido como "una victoria de mente". No se equivocaba, porque, sin desmerecer el magnífico partido del italiano, la mayor protagonista fue la mente de Nadal, que hace algún tiempo colgó el cartel de "cerrado por vacaciones".