Cuando Carla comenzaba a escalar lentamente el pozo, a ver la luz al final del túnel, se volvió a hundir y a sumir en la más absoluta oscuridad. Su buen juego ante Bondarenko no ha resultado más que un espejismo, teniendo en cuenta su clara inferioridad respecto a la eslovaca Cibulkova en el partido de octavos de final.

Dominica está clasificada actualmente como la 48 del mundo, pero es una experta "matagigantes", como ya demostrara en el US Open al vencer a Ana Ivanovic en primera ronda. Cuando se está en una crisis tan profunda como la de Carla, resulta muy complejo jugar contra un tenista tan peligrosa, y todo un varapalo el hecho de verse muy inferior a ella, y comprobar la imposibilidad de dar continuidad a una buena victoria.

Cibulkova, superior en momentos cumbre

Se había medido ya en dos ocasiones previamente, ambas en 2014, con sendas victorias para la eslovaca. Esto pareció generar dudas en la frágil mente de Carla en estos momentos, que se quiebra al son de la inseguridad en sí misma y el miedo al fracaso, afectando sobremanera a su nivel de juego.

Cibulkova jugó muy agresiva al resto, aprovechando la falta de mordiente en el saque de la canaria. Hasta en cinco ocasiones quebró el servicio de Carla, que a pesar de estar bien al resto, no podía concatenar juegos de manera consecutiva. Se le venía un temporal de restos potentes y profundos cada vez que jugaba con segundo servicio. El encuentro transcurrió igualado, y Carla parecía estar ahí y ser cuestión de un par de puntos la diferencia entre ambas.

Partido definido por detalles, donde Carla flaqueó por cuestión mental

Pero ese par de puntos son los que separan a una jugadora con confianza y mente ganadora, de otra que vaga por las pistas intentando encontrarse a sí misma, y sin entender por qué hace meses era de las mejores del mundo y ahora acumula derrotas por doquier.

Volverán a verse las caras la eslovaca y la española. Será en el cuadro de dobles, donde Garbiñe y Carla se afanan por acabar entre las ocho mejores del mundo. No resultará fácil, ya que ambas también pelean por eso en el cuadro individual. Mucha presión para ambas.