Simone Bolelli y Joao Sousa iban a medir sus fuerzas en los cuartos de final del torneo de San Petersburgo. Bolelli era una de las sensaciones del torneo ruso. El tenista italiano se había colado sorpresivamente en los cuartos de final después de derrotar en la pasada jornada al favorito y primer cabeza de serie Tomas Berdych. El del país de la bota jugó uno de sus mejores partidos en lo que va de año y, sumado a los errores que cometió Berdych y a su bajo estado de forma, consiguió eliminar al checo y sellar su billete a los cuartos de final. Joao Sousa, séptimo cabeza de serie del torneo, tuvo un camino menos escabroso para llegar a los cuartos. El portugués sudó más de lo esperado para superar, en tres sets, al moldavo Radu Albot en la primera ronda. En los octavos se enfrentó a Marcel Granollers, el español no tuvo su mejor día y cayó derrotado en dos sets. En la parcela física llegaba, a priori, más tocado el italiano que tuvo que hacer un grn despliegue físico en los partidos contra Rublev y Berdych. Sousa llegaba más descansado. El portugués aventaja diez puestos en el ranking a Bolelli. El partido presumiblemente iba a ser muy igualado ya que los dos tenistas estaban en un gran estado de forma y muy parejos en los números. No podíamos fijarnos en algún partido precedente, ya que esta era la primera vez que los tenistas se verían las caras en la pista.

Con el tiempo del calentamiento cumplido, Bolelli sería el encargado de golpear la primera bola del partido. El italiano, que destaca por su saque colocado y sus subidas a la red, mantuvo el primer servicio con sencillez. Sousa, que también se le dan bien los saques, hacía más de lo mismo, pero prefería ser más conservador y jugar las bolas desde el fondo de la pista. El primer parcial dejaba poco a la sorpresa y al espectáculo, los dos tenistas eran solventes con los servicios y no atinaban a restar lo suficientemente bien para intentar dar un paso adelante para buscar la rotura. Ni Bolelli ni Sousa bajaban la guardia con el servicio y el set se decidiría, irrevocablemente, en la muerte súbita. El tie break fue la otra cara de la moneda. Si durante la primera manga no hubo roturas es porque todas estaban reservadas al tie break. Aquí hubo un total de nueve minibreaks y fue Sousa, quien había desaprovechado previamente cuatro bolas de set, el que terminó por llevarse el gato al agua.

Bolelli en pleno partido. (Foto: Getty Images)

El primer set nos dejó una sensación de pasividad por parte de los dos contendientes. El despliegue físico que tuvieron que llevar a cabo en las jornadas previas nos dejó un primer set en el que primaban los servicios como medio para hacerse con la victoria. Bolelli subía menos a la red de lo que nos tiene acostumbrados y Sousa no imprimía mucha potencia a sus golpes. Los dos se conformaban con este pacto de no agresión para jugarse el todo por el todo en la muerte súbita. El partido parecía que iba a seguir esta linde en el segundo set y solo quedaba la emoción de saber quien sería el que se impondría en el tie break.

Así pues, con el guión calcado del primer parcial, comenzó el segundo. Los servicios de Bolelli y Sousa, a pesar de no ser muy potentes, servían para sacar a su rival de la pista y encontrar el hueco para dar el golpe ganador. De servicio en servicio se iba pasando el partido. El inexorable paso de los puntos favorecía al portugués que llevaba un set de ventaja. Consciente de ello Bolelli apretó más, pero de poco le sirvió al italiano que se jugaría su continuidad en el partido en la muerte súbita. Aquí Joao Sousa pudo más y, con tres roturas, se acabó erigiendo como el vencedor del partido.

El encuentro en sí no tuvo mucha miga. Fue más táctico que pasional, lo que convirtió el choque en un corto intercambio de golpes que, a la mínima, intentaban colocar la bola lejos del alcance del rival. Estos arriesgados golpes siempre surgían cuando el tenista que los hacía estaba restando; tanto riesgo nos privó de ver bolas de rotura. Al final Sousa, que se aprovechó del mermado físico de su rival en los tie break, se hizo con el billete a las semifinales del torneo. En la antesala de la final le está esperando Dominic Thiem. El joven austriaco está haciendo la mejor temporada se su carrera y comenzó el torneo como tercera cabeza de serie.