11 de julio de 2015. All England Lawn & Tennis Club (Londres). Aquel día, los aficionados españoles tuvieron la oportunidad de volver a soñar con que una tenista ganara en Wimbledon, el Grand Slam con más historia del mundo del tenis. Garbiñe Muguruza pudo hacer realidad ese sueño, pero en el último partido del torneo se topó con Serena Williams, actual dominadora del tenis femenino y que no dio opción a la jugadora hispano-venezolana. Casi tres meses después, la tenista nacida en Venezuela volverá a disputar una final, esta vez en el Wuhan Open, confirmando así las expectativas forjadas sobre la hierba británica y que la sitúan como una de las grandes jugadoras del circuito femenino en los próximos años.

En esta ocasión, en el torneo chino, Muguruza alcanzó la final tras sobreponerse a todo tipo de situaciones, tanto deportivas como extradeportivas, lo que aumenta el valor del triunfo y resalta la decisión de esta jugadora de tan sólo 21 años. La tenista afincada en Barcelona sufrió problemas estomacales en el día de ayer, mientras que en el partido de semifinales tuvo que hacer frente a una de las jugadoras más sólidas desde el fondo de la pista, como es la alemana Angelique Kerber. Por si la dificultad no fuera suficientemente elevada, la hispano-venezolana tuvo que sobreponerse a unas molestias en el tobillo, fiando su tenis en los últimos minutos a derechazos que al final le permitieron llegar al último partido del torneo.

Un comienzo de altura

Pero los problemas comenzaron durante el partido ante la jugadora germana. Tras un primer turno de saque que ambas tenistas ganaron con algunas dificultades, en el tercer juego del primer set se produjo la primera ruptura de servicio. Garbiñe, fiel a su estilo agresivo y a sus potentes golpes, comenzó a hacer daño a su rival, que no dio una bola por perdida pero que no pudo detener el empuje de la española. 1-2 arriba y saque para encarrilar el primer set parecía un buen escenario para la cabeza de serie número 5 del torneo, pero si por algo destaca Kerber es por su solidez, lo que sumado a su defensa y a los demasiados errores no forzados de Muguruza volvieron a equilibrar el encuentro.

Todos los jugos fueron muy disputados y se luchó por cada bola

Tras los cuatro primeros juegos, las dos jugadoras parecieron soltarse y comenzaron a mostrarse más solidas, y el partido se mantuvo igualado en cada juego, con problemas para ambas tenistas a la hora de mantener su servicio. La jugadora alemana ganó el suyo y puso en serias dificultades a Garbiñe Muguruza, pero la hispano-venezolana se mantuvo firme y salvó dos bolas de ‘break’. La misma situación se produjo en el siguiente juego, pero esta vez, la tenista de Bremen no reaccionó igual que su rival y concedió el ‘break’, dejando el marcador en 4-3 y servicio para la jugadora nacida en Venezuela.

Foto: zimbio.com

El resto de esta primera manga mantuvo la lógica habitual, y ambas tenistas mantuvieron sus respectivos saques, por lo que el parcial se cerró con un resultado de 6-4 para Garbiñe Muguruza, que se situaba en ese momento a un solo set de volver a disputar una final desde aquel histórico partido en Wimbledon.

Primeros indicio de locura

La segunda manga no pudo comenzar de mejor manera para Muguruza, que consiguió romper el servicio de su rival y se colocó, al igual que en el set anterior, con ventaja y servicio para encarrilar, en este caso, el partido. Pero Angelique Kerber demostró una vez más su enorme solidez tenística y mental, y volvió a nivelar el encuentro sustentada en los errores no forzados de su rival, que en ocasiones no controla sus potentes golpes y acaban suponiendo puntos para su rival.

Garbiñe cometió dos errores en la red que llevaron el partido al 'tie-break'

Al igual que sucediera en el set anterior, la igualdad estuvo latente en cada bola en juego, con ambas tenistas exhibiendo sus grandes virtudes tenísticas y resistiendo heroicamente los golpes de su rival. La manga se encaminaba al siempre indescifrable ‘tie-break’, pero con 4-4 en el marcador, de nuevo la derecha y el revés de Garbiñe Muguruza le permitieron conseguir un nuevo ‘break’ y disponer de su saque para cerrar el partido. Sin embargo, la tensión, los nervios y su arriesgado estilo de juego le pasaron factura, y la alemana volvió a nivelar el segundo set.

Foto: zimbio.com

El partido continuó por una fase total de locura en lo que a errores y aciertos se refiere, y de nuevo Muguruza tomó la delantera tras romper, por quinta vez en el encuentro, el saque de su rival. Con 6-5 favorable a la hispano-venezolana, la ‘locura’ alcanzó su máxima expresión con un 12º juego dramático. Con Garbiñe al servicio, la siempre difícil tarea de cerrar el partido provocó dos bolas de ‘break’ para la germana. La cabeza de serie número 5 del Wuhan Open salvó ambas y llegó a disfrutar de un punto de partido, pero dos graves errores en sendas voleas enviaron el partido al juego de desempate.

La épica hace acto de presencia

En el ‘tie-break’, los aciertos y errores de ambas tenistas se mantuvieron nivelados y se llegó al primer cambio de pista con 3-3 en el marcador. Entonces, en el paso por el banco, Muguruza solicitó la atención de la fisioterapeuta tras sentir molestias en el pie. Tras el tratamiento médico, la hispano-venezolana volvió a la pista pero no transmitió buenas sensaciones, permaneciendo prácticamente inmóvil en el primer punto al servicio. La jugadora española se dio cuenta que podía estar diciendo adiós a una final que tenía prácticamente asegurada minutos atrás, por lo que la emoción inundó sus ojos.

Foto: zimbio.com.

Muguruza se aferró a sus potentes golpes para ganar el partido

Sin embargo, Garbiñe apeló a su garra competitiva y a sus potentes golpes para intentar voltear el marcador y ganar el partido. Con más fuerza y rabia que nunca, Muguruza comenzó a golpear potentísimo, lo que le permitió igualar de nuevo el ‘tie-break’ (5-5). La hispano-venezolana volvió a adelantarse gracias a su servicio y, entonces, en el 12º punto de este juego definitivo, Angelique Kerber envió una derecha fuera de la pista. Partido ganado y segunda final del año para Garbiñe Muguruza, que dejó escapar alguna lágrima tras el encuentro, fruto de la tensión, de la heroicidad, y de la incertidumbre de un tobillo izquierdo que tendrá qu recuperar a la perfección para disputar el próximo sábado la final del Wuhan Open.

Este último partido del torneo chino tendrá una doble importancia para Garbiñe Muguruza. Por un lado, el hecho de sumar un título y seguir mejorando su palmarés es un hecho innegociable para cualquier deportista pero, además, la hispano-venezolana puede convertirse en la número 4 del ránking WTA el próximo lunes si derrota en la final del Wuhan Open a la estadounidense Venus Williams. En partidos como esta semifinal se demostró muchas de las virtudes que sitúan a Garbiñe Muguruza como una de las dominadoras del tenis femenino en el futuro.