Venía Nick a Kuala Lumpur con la intención de relanzar su carrera tenística más pronto que tarde. Suena extraño decir esto de un veinteañero que ya reside habitualmente en el TOP-50 del ránking ATP, pero la cruda realidad dice que los elementos extradeportivos han magnificado su situación hasta un punto extremo. El australiano, de madre malaya y un icono en el país asiático, tenía la oportunidad perfecta para alejar fantasmas que cada vez están vagando más por su cabeza. Una buena oportunidad de un primer título. En casa y con pista y ambiente favorable. Parecía que sí pero al final fue que no. Y la vida sigue como siguen las carreras tenísticas que en ocasiones parecen no tener mucho sentido.

El caso es que Feliciano llegó, vio y no tan discretamente venció. No le hizo falta mucho al español que mostró bastantes más armas que Kyrgios en todo lo referido puramente al juego. Sabía que le esperaba una semifinal favorable bajo estas condiciones e hizo lo que tuvo que hacer. Ganar. Y ganar con inteligencia, cosa que antes no era tan habitual en él. Aprende Nick.

Nervios para comenzar y set rápido.

El partido comenzó con break y contrabreak. Empezó perdiendo el saque el toledano con dos dobles faltas en un juego bastante terrorífico al servicio que le dio a Kyrgios bastantes alas para atacar desde el resto. Sería todo lo malo que hizo López en el partido. Ni una oportunidad de rotura más volvió a ver el aussie. Acto seguido fue el de Canberra el que cedió el servicio. Mal juego al saque y 1-1.

A partir de ahí se mantuvieron sin problemas todos los servicios. La tónica habitual se resumía en buenos servicios y peloteos más inteligentes de Feliciano que de Nick, pero dichos buenos saques en una pista bastante rápida eran suficientes para que el turno de servicio no corriese excesivo peligro en ningún caso. Kyrgios buscando líneas y Feliciano dificultándole el golpeo, con mucha calidad en las subidas a la red durante todo el día de hoy.

Nick Kygios en Kuala Lumpur. Foto: atoworldtour

Los sets se encarrilaban de manera veloz hacia los desempates

En el tie-break no hubo color más allá del blanco de la camiseta de López. 7-2 en una combinación de buenos saques -2 aces y un gran segundo servicio incluidos-, otro par de puntos brillantes de derecha y subiendo a la red para terminar con un ace. De Nick tenemos una caña con un punto al saque y ciertos nervios para inmediatamente después conceder el segundo mini-break.

El servicio al rescate

La segunda manga comenzó con bola de rotura para el tenista español tras un regalo de Kyrgios. Dos bombas desde el saque salvaron lo que en aquel momento era más de medio partido que se le podía ir de las manos. El partido transcurrió tranquilo hasta el 5º juego, en el que Feliciano volvió a apretar con 30-30. Una gran dejada de Nick tras acorralar al rival en la esquina fue suficiente para encarrilar el juego y salir en los highlights del partido con algo destacable.

De nuevo el poder del servicio hasta llegar al segundo tie-break del partido. Nada más que destacar que una tremenda volea en la red en el 8º juego por parte de Feli a la que el australiano no pudo más que responder con un esbozo de sonrisa. Entre saques directos y puntos de servicio no tan directos transcurrió el camino hacia el empate a 6.

Igualdad en el tiebreak final, pero Feliciano tuvo más aplomo

Empieza Kyrgios, que tiene pinta de que no se amilana ante nada, y un buen saque lo transforma en un golpe tan arriesgado como innecesario que bota fuera. El ojo de halcón confirma el dato y el toledano ya tiene minibreak, 0-1. Nick recupera la desventaja con una mala subida de Feli corregida inmediatamente con un passing shot brutal en el siguiente punto. López estaba jugando mejor el tie-break y sólo la suerte que tuvo Kyrgios con la red le permitió en un momento dado igualar el desempate a 5. Un nuevo clínic de Feli en la red y una caña del de Canberra en el último punto finiquitaron la semifinal. La resurrección de lo que nunca existió tendrá que esperar hasta la semana que viene en Japón. Feli ya espera rival. Y con previsible favoritismo.

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Sobre el autor
Adrián Hernández
Me gusta el tenis más que a Kyrgios y escribo mejor que Nadal con la mano que juega al tenis. Condiciones suficientes para juntar cuatro palabras en VAVEL. Puedo estar más loco que Gulbis y ser más pesado que Gilles Simon, pero nunca seré caballero de la Orden del Imperio Británico como Murray. Lo demás lo mostraré poco a poco.