Boris Becker seguirá en el banquillo de Novak Djokovic la próxima temporada. Así lo ha confirmado el excampeón alemán en unas declaraciones recogidas por el diario alemán Sport Bild.

"Seguiremos juntos en 2016. Nos beneficiaremos mutuamente. Novak tiene un gran equipo a su alrededor y me complace ser parte de él" -confirmó Becker.

Estas declaraciones no son más que la afirmación de algo que era un secreto a voces, y es que Becker ha sido, sin duda, pieza clave en la mutación de un Djokovic que bajo su tutela pasó de ser un gran jugador a ser el mejor.

El propio Novak Djokovic es el primero en reconocer la importancia que ha tenido Becker en su meteórica progresión: "Becker tiene mucha parte de culpa de mis éxitos. Él ha contribuido a mi mejora mental en los grandes partidos. Hablamos un montón de la manera que tengo que controlar las emociones en la pista y cómo tengo que manejar los pensamientos y enfocarlos para pelear y batallar para ganar estos títulos".

(Fotografía: zimbio.com)

Una relación exitosa

Cuando Becker se incorporó al equipo de Djokovic en 2013, el serbio se encontraba en un mal momento, especialmente en lo psicológico. Rafa Nadal se había convertido en la gran pesadilla de Nole, que se mostraba incapaz de competir con el de Manacor.

Fue entonces cuando Novak, imitando a Murray con Lendl un año antes, decidió contar con un gran campeón en su banquillo, y el elegido fue Boris Becker, campeón de 6 Grand Slam y número uno del mundo durante 12 semanas.

Con este fichaje, Djoker buscaba mejorar su fuerza mental, sobre Djokovic ha ganado 4 Grand Slam desde que trabaja con Beckertodo a la hora de enfrentarse a los mejores del mundo, y, sobre todo, a Nadal. La contratación ha sido un éxito, a juzgar por los resultados, y es que desde que Becker trabaja con Djokovic, este ha llegado a seis de las ocho finales de Grand Slam disputadas, ganando cuatro de ellas y consolidándose como indiscutible número uno.

(Fotografía: zimbio.com)

A pesar de ello, Becker prefiere mantenerse al margen y no restar meritos a su pupilo. "Esto se debe a los propios jugadores, no a los entrenadores", afirma "boom-boom" Becker."Mi gran ventaja es que, salvo en Roland Garros, en el resto de Grand Slam he estado en todas las finales, también Copa Davis y Juegos Olímpicos. He vivido eso y sirvo como consultor para aquellos que no han vivido eso".