No son únicamente dos leyendas dentro del ránking histórico de la WTA, ni las únicas dos españolas en haber jugado el Masters femenino. Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez son además dos de las mujeres que mejor conocen a la nueva sensación del tenis mundial femenino, Garbiñe Muguruza. Y lo han hecho gracias a su condición de capitanas de la Copa Federación.

Arantxa, tomó las riendas en 2012, en las eliminatorias que el combinado español disputó ante Rusia fuera y ante Eslovaquia en casa y ya entonces, y cuando Garbiñe tenía solo 18 años, intentó convocar a la caraqueña que no pudo acudir a esa llamada al no haberse decantado aún por Venezuela o por España para jugar esta competición por países.

La de Barcelona afirmaba sobre Muguruza que: "Yo empecé a hablar con ella y su familia para saber su disponibilidad para estar con la selección. Ya veía que tenía  maneras de gran jugadora. Es una chica que es capaz de todo y tiene potencial para llegar a lo más alto".

Conchita Martínez, sustituta en 2013 de Arantxa en el banquillo nacional, recuerda con precisión la primera vez que vio jugar a la actual número cuatro del mundo en directo: "Yo empecé a mirar sus partidos en Miami. Me gustó mucho tanto su tenis como su presencia en la pista. Todos pensábamos que tenía mucho potencial y la progresión ha sido muy buena. Tal y como está el circuito femenino, veo a Garbiñe capaz de todo. Tiene un juego agresivo y, cuando está fina, es desbordante. Me consta que está trabajando duro en lo que tiene que mejorar para estar lo más arriba posible".

A sus 22 años, el techo de Muguruza parece no saber dónde está. Pase lo que pase en un futuro, la de Caracas tiene a tiro terminar el año como segunda en el ránking WTA, justo por detrás de la estadounidense Serena Williams.