Algo grande está ocurriendo. Un animal gravemente herido comienza a lamerse las heridas, y ahora quiere redimirse. Se levanta poco a poco, con gran esfuerzo, pero tan solo esos amagos, le sirven para atemorizar al resto de la manada. Nadal no presta oídos a especulaciones y noticias alarmantes sobre su estado de forma. Cada derrota es un argumento para trabajar más y más. Los frutos de ese trabajo pueden estar empezándose a recoger.

China está acogiendo la versión renovada de Nadal. Más agresivo que durante todo el año, excelso al servicio y sin tantos miedos a fallar. No está conectando esas características derechas rozadas tan solo, que denotan gran inseguridad en su juego, sino que golpea duro a la pelota y con gran inteligencia. Aún ha de mejorar ciertos aspectos del juego, como el revés y un poco la movilidad. Pero este es el camino.

Raonic se mostró apático todo el partido

Puede tener uno de los mejores saques del circuito, moverse bien y contar con golpes muy potentes. Pero Raonic no transmite nada. Falto de carisma, el canadiense alterna actuaciones estelares con torneos en los que parece que va a pasearse. No se muestra ni mucho menos desolado en la derrota, pero lo que es peor, cuando las cosas no le funcionan al servicio, no encuentra otros argumentos.

Nadal salió a pista muy fuerte, y rompió el servicio del canadiense en el segundo juego. Aprovechando la ausencia de primeros servicios de Raonic, el español puso tierra de por medio. Se mostró inconmensurable al saque, con alto porcentajes de primeros (73%) y no dejó escapar la ventaja. 6-3 en un set mucho más plácido de lo esperado, para un Rafa rebosante de electricidad y confianza tras su victoria ante Karlovic en segunda ronda.

Milos Raonic en Shangai. Foto: zimbio

Raonic aguantó en el segundo set gracias a su saque

Raonic ajustó su punto de mira al servicio en el segundo parcial, y eso le permitió mantener la igualdad. Nadal apretaba al resto y llevó en varias ocasiones el marcador a prometedores 15-30, pero no pudo aprovechar ninguna de las dos bolas de rotura de las que dispuso. Milos lo intentó y llegó a tener una pelota de quiebre, pero Nadal hizo gala de su solidez. Jugó agresivo el español en situaciones límite, funcionándole muy bien el drive pero estrellando contra la red numerosos reveses.

El set se encaminó al tiebreak, donde Nadal pronto tomó ventaja de 3-0, tras dos bolas ajustadas que se tuvieron que resolver con el ojo de halcón. Estuvo inconmensurable el español, que no dio ninguna opción de remontada a un alicaído Raonic. 7-5 en el tiebreak, y alegría desbordante del de Manacor, que da así un paso muy importante para asegurarse su presencia en la Copa de Maestros.

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Sobre el autor
Diego Jiménez Rubio
Fui Coordinador General de Más Deportes y Viajes, y miembro del Consejo de Dirección de VAVEL España. Me encanta comunicar mi pasión por el turismo y el deporte, y hacerlo con responsabilidad y profesionalidad.