Dimitrov llegaba a la última cita del calendario con mucha ilusión y ganas de hacerlo bien para intentar amortiguar la caída libre que ha sufrido esta temporada. El primer escollo a superar por el tenista del este de Europa era el asturiano Pablo Carreño-Busta. El español, que está cuarenta puestos por debajo de Grigor, llegaba a la cita con una mayor carga física después de tener que haber disputado la fase previa del último torneo del año. El claro favorito para la cita era el búlgaro que ya ganó el año pasado en Madrid a Pablo, pero el estado irregular de Dimitrov entreabría una puerta a la esperanza del jugador español.

Comenzó el intercambio de golpes con una clara declaración de intenciones de Dimitrov. El búlgaro estaba muy bien situado en el resto y cumplía bien su función con los servicios. A Pablo Carreño le costaba más jugar desde el servicio, pero iba pelando el partido. El primer golpe de autoridad llegó en el quinto juego donde Dimitrov consiguió quebrar el servicio del tenista español y ponerse un break arriba en el marcador. El error condenó al español que intentó empatar de todas las formas posibles, pero Dimitrov jugó un estilo más conservador que le acabó sirviendo para ganar la primera manga.

El partido estaba muy bonito y entretenido. Dimitrov no era muy superior al jugador asturiano, pero el saber apretar en el momento oportuno le había servido al búlgaro para tomar la preciada ventaja en el marcador. El asturiano estaba bien plantado en pista y salvaba bien las subidas de su rival a la red. Los errores puntuales le costaron el primer parcial.

El segundo set, desde su comienzo, auguró un mal final para Carreño-Busta. Dimitrov metía mucha presión desde el resto y Pablo era incapaz de saber jugarle a su rival. Los saques del búlgaro no eran contundentes, pero le servían las subidas al pie de la red. A partir del segundo servicio del asturiano, Dimitrov le hizo break en todos. Pablo estaba muy mermado psicológicamente porque no podía meterle mano a Grigor desde el resto. Al final Dimitrov, siendo más eficaz que haciendo un buen tenis, se acabó llevando el partido.

A pesar de lo abultado del marcador, el partido estuvo bonito y fue muy entretenido. Los dos tenistas lo pelearon y al final la eficacia búlgara pudo más que la garra española. Dimitrov sigue así su camino para intentar disipar los fantasmas que le acompañan allá donde va y ya se clasifica a la segunda ronda donde su rival será el bosnio Marin Cilic

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