Clásico entre los clásicos. Así es Javier "Dudu" Duarte. Pocos son los aficionados que no recuerdan aquel abrazo de este mítico entrenador a un exhausto y feliz Juan Carlos Ferrero, después de que el de Onteniente se impusiera a Lleyton Hewitt y diera a España la Copa Davis. Mucho ha llovido desde aquello, pero el tenis español se ha desarrollado por la labor de entrenadores como Javier, con una devoción por el tenis que le hace permanecer al pie del cañón.

Garín, un diamante por pulir

Su gran apuesta fue Pablo Carreño, con quien ha cosechado numerosos torneos Challenger, pero no ha podido dar el salto cualitativo esperado en este 2015. El gijonense permanece con dudas para rendir a gran nivel en torneos ATP, y hace unas semanas decidió desvincularse de Duarte. Habiendo entrenado a jugadores como Corretja, Duarte mantiene una relación poco afable con la Federación Española de Tenis, lo que le hace permanecer en un segundo plano.

Garín fue campeón junior de Roland Garros en 2013

Ya sin nada que demostrar, aceptó a Garín como pupilo. Supone todo un reto para una eminencia del tenis como Duarte, el intentar pulir a un diamante en bruto como Garín. Ya ha hecho apariciones en la Copa Davis, y aunque es el 291 del ránking, parece ostentar tenis para mucho más.

Se atisba un posible cambio de residencia del chileno, que en caso de migrar a España podría tener más posibilidades de competir contra jugadores de gran nivel más semanas al año, así como de entrenar con los mejores. Una oportunidad para seguir estrechando lazos entre el tenis español y el latinoamericano, y dar impulso a un jugador que pertenece a una prometedora hornada de jugadores chilenos, muy bien aleccionados por Nicolás Massú, capitán del equipo de Copa Davis. Con él lograron el ascenso al Grupo I, donde debutarán ante República Dominicana en marzo de 2016.