La segunda jornada del último torneo de la temporada se preveía apasionante. El grupo más abierto de los dos que conforman el Round Robin comenzaba su andadura en la capital inglesa. David Ferrer, Rafa Nadal, Andy Murray y Stanislas Wawrinka son los componentes de un grupo que dejará los mejores momentos de esta primera fase de las ATP Finals. El primer partido de este grupo enfrentó al escocés, el jugador local, y al tenista alicantino, un trabajador de las pistas que año tras año llega a este torneo por su ambición y su dedicación diaria al deporte de la raqueta.

Murray cuajó un excelente final de temporada y quiere poner el broche de oro con el título que disputan los ocho mejores tenistas de la temporada, siendo además el Reino Unido el escenario de este espectacular torneo. Por su parte, Ferrer ha sumado cinco títulos en 2015, pero quiere terminar el año con buenas sensaciones y demostrando, una vez más, que puede plantar batalla a cualquier jugador del circuito. Así, ambos tenistas auguraban un buen espectáculo para comenzar esta segunda jornada de las ATP Finals 2015.

El factor diferencial

El partido comenzó con mucha intensidad por parte de ambos jugadores, con el español intentando imponerse con su derecha y el escocés demostrando su capacidad defensiva sobre la línea de fondo y, sobre todo, su capacidad para cambiar el ritmo del punto en cualquier momento. Con el tenista de Dunblane al servicio, David Ferrer dispuso de la primera oportunidad de ‘break’, pero el escocés reaccionó a la perfección y se hizo con el primer juego del partido.

Murray se mostró muy seguro en el tramo final de cada set

A partir de ese juego, ambos tenistas se mostraron muy seguros con el saque y apenas concedieron oportunidades a su rival, por lo que cualquier error podía pagarse caro en el O2 de Londres. Murray disfrutó de dos oportunidades de rotura en el octavo juego, con el marcador favorable de 4-3, pero dos errores no forzados y la movilidad en la pista del jugador de Jávea mantuvieron la igualdad en el primer parcial del partido (4-4).

El momento cumbre se acercaba y, por regla general, los mejores suelen marcar la diferencia en estos juegos. En esta ocasión, esta ley no escrita se repitió, y Andy Murray, después de ganar al servicio, no desaprovechó la primera oportunidad de apuntarse el set, y gracias a una doble falta de David Ferrer, el escocés se hizo con la primera manga.

Ilusión y presión

Sin embargo, si algo ha demostrado el alicantino durante todos estos años asentado entre los mejores tenistas del mundo es su resiliencia, o lo que es lo mismo, su capacidad de sobreponerse a las adversidades. Así, con una gran fortaleza mental y manteniendo su patrón de juego, Ferrer comenzó el segundo set rompiendo el saque de su rival y consolidando el ‘break’, logrando un 0-2 que hacía pensar en llegar al tercer parcial.

Ferrer cometió hasta ocho dobles faltas

Pero de nuevo los grandes tenistas marcan la diferencia en este tipo de situaciones, y Murray volvió a demostrar por qué es uno de los mejores del mundo. Sin variar un ápice su estilo de juego, el británico fue recuperando sensaciones y transmitiendo dudas a su rival, hasta que en el sexto juego del segundo parcial, tras una derecha de Ferrer a la red, el set volvió a igualarse (3-3).

Con una tendencia positiva, el número dos del mundo fue creciendo sobre la pista, y culminó la remontada tras consolidar la rotura de servició, poniendo toda la presión en la raqueta de David Ferrer. El jugador español reaccionó bien y puso de nuevo el 4-4 en el marcador, pero en su siguiente turno de saque, la presión hizo mella y, al igual que sucediera en el primer set, Andy Murray rompió el servicio de su rival y consiguió la victoria por un doble 6-4 que le permite comenzar con buen pie su andadura en las ATP Finals 2015.