Wawrinka y Ferrer llegaban a la pista instalada en el O2 Arena de Londres con la necesidad de ganar. Los dos tenistas tuvieron el peor inicio posible y perdieron en sus respectivos debuts en el torneo de maestros. Wawrinka cedió en su partido contra el otro español del torneo, Rafa Nadal; Ferrer, por su parte, perdió en su primer partido contra el tenista con más ranking del grupo Ilie Nastase: Andy Murray. Tanto el suizo como el de Jávea llegaban con la necesidad de salir victoriosos del partido para seguir vivos en el torneo. La derrota no iba a significar una eliminación del torneo, pero si se iba a complicar la situación del perdedor.

El partido comenzó con la tensión propia de estos choques. Ferrer estaba más concentrado y más metido en el partido. Los dos tenistas apostaron por el juego desde el fondo de la pista en el inicio de su cita. Ferru fue el primero en dar un golpe encima de la mesa. El alicantino se aprovechó de la falta de concentración del suizo para complicarle con bolas llenas de veneno que el suizo estrellaba en la red o no las metía en la pista.

Con un error no forzado con el revés, Wawrinka perdió su servicio. A raíz de aquí a Ferrer le costó más mantener los servicios. Subía más a la red y era más valiente en su juego que Stan. El juego arriesgo le iba sirviendo al español, tanto que tuvo una bola de set con su servicio. Esta bola, que desaprovechó el de Jávea, fue el punto de inflexión del partido. Despertó la bestia suiza que salvó la bola de set, consiguió hacer la rotura y, después de mantener su servicio, volvió a romper el saque a Ferrer para encarrilar el set. Ferrer había pasado de tener una bola de set a perder el primer parcial.

El español estaba hundido en lo moral. Casi podía ver el uno en el casillero de sets de su marcador y, de tener mucho ganado, pasó a tenerlo todo perdido. Wawrinka, como siempre suele hacer, pasó de un estado de letargo a desatar la bestia que lleva dentro. “Stanimal” se hizo con el set y, con lo más importante, el punto psicológico que le robó a David Ferrer.

El segundo parcial comenzó con otra rotura de Wawrinka. El suizo llevaba tres servicios quebrados del alicantino seguidos. Ferrer no encontraba la fórmula para frenar a un Wawrinka cada vez más crecido. Desde el resto Ferru era incapaz de meter mano al suizo, y Wawrinka jugaba muy bien los puntos desde el resto. Con 3-1 Wawrinka necesitó tres bolas de rotura para volver a quebrar el turno de Ferrer. Con 4-1 tenía que ocurrir casi un milagro para que Ferrer llegase a la orilla nadando a contracorriente. Wawrinka, sin cometer casi ningún error, cerró el set con maestría.

En el inicio el partido se las prometía para el tenista español. La presencia de Wawrinka en la pista era casi testimonial, no metía mucha presión al de Jávea, pero esa bola de set lo cambió todo. Ferrer, que jugó un partido muy intenso y muy bueno no dio con la tecla para frenar al suizo. La derrota deja al español en una mala posición de cara a poder clasificarse a semifinales, le queda solo el partido contra Nadal. Wawrinka, por su parte, se mete con Murray en la lucha por las semifinales en las que Nadal está ya clasificado.