Cualquier partido entre Rafa Nadal y Novak Djokovic es sinónimo de espectáculo. Dos de los mejores tenistas de la historia, y los dos grandes maestros del tenis actual, con permiso del eterno Federer, ponen en liza en cada batalla tenística todas sus cualidades físicas y técnicas que les ha permitido llegar al Olimpo del deporte, a ese lugar tan deseado y pocas veces alcanzado en el que el nombre queda grabado a fuego en la memoria de todos los aficionados, en este caso, al deporte de la raqueta.

Pero un duelo entre el español y el serbio es algo más que una confrontación deportiva. En sus partidos afloran las características mentales del mallorquín, un jugador que además de su juego ha utilizado el deseo de victoria y la competitividad para permanecer en la élite durante más de una década por un lado. Pero en la actualidad, el ‘chacal’ ocupa el trono tenístico y va ‘devorando’ a sus rivales a base de golpes imposibles, nacidos principalmente desde el talento y pulido a la perfección para convertirse en una máquina deportiva, un extraterrestre de las pistas que acumula dos años dominando con una autoridad abrumadora el circuito masculino y que no da muestras de desgaste n ningún momento.

La tarde del sábado en Londres, habituada al carrusel futbolístico habitual, tenía una cita con el tenis. El torneo más especial de la temporada, el que reúne a las ocho mejores raquetas del año, asistió expectante al enésimo duelo entre Nadal y Djokovic. Un encuentro que además reunía el aliciente de comprobar el verdadero nivel del jugador español, en trayectoria ascendente desde su llegada a la capital británica y con un cambio de estilo en su juego que le permitió llegar invicto a semifinales. Una trayectoria similar acumulaba el balcánico, protagonista de un espectacular final de temporada y que en el O2 de Londres sólo se vio doblegado por el mejor tenista de la historia.

Rozando la perfección

Sin embargo, la historia de este partido fue más bien exigua. Novak Djokovic no permitió a su rival que apelara al carácter y al coraje para voltear el partido, y puso en escena su amplia variedad de recursos tenísticos para desarbolar a un Rafa Nadal que demostró que aún no se encuentra al máximo nivel para competir contra los mejores jugadores del circuito. El tenista serbio tenía el guión del partido totalmente definido y comenzó con un tenis excelso, traducido en un 3-0 en el marcador a su favor que dejó prácticamente encarrilado el primer set. El número uno del mundo demostró su facilidad para conectar golpes potentes y profundos que el español apenas podía devolver, quedando a merced de su rival cuando lograba superar la red.

Rafa Nadal golpea de derecha ante Novak Djokovic
Foto: zimbio.com

A partir de ese momento, Djokovic fue consciente de que la primera parte del trabajo ya estaba hecha, y se limitó a mostrarse incisivo con sus golpes en su turno de servicio. Nadal comenzó a ‘despertar’ ligeramente y comenzó a crecer a partir de su derecha y de su movilidad de piernas, pero en cada intento de sublevación, el rey echaba mano de toda su artillería para volver a tumbar al español. Así, manteniéndose firme en su estilo, el jugador serbio se hizo con el primer set por un tanteo de 6-3, demostrando una vez más su autoridad en el tenis actual.

Mejora interrumpida

La historia pareció cambiar su rumbo al inicio del segundo set, cuando Nadal conectó varias derechas que elevaron su confianza y nivelaron el encuentro, provocando algunos errores no forzados hasta ese momento inexistentes en la figura del número uno del mundo. Pero Djokovic no bajaba el pie del acelerador y siempre se mantuvo con el servicio (2-2), esperando además cualquier oportunidad de rotura para sentenciar el partido y conseguir el pase a semifinales.

Y la voracidad apareció en el quinto juego de la segunda manga, cuando el balcánico aprovechó los errores no forzados del manacorí para conseguir el ‘break’ (2-3) y disponer de saque para cerrar el partido. Entonces emergió de nuevo el mejor nivel tenístico de Djokovic, que consolidó la rotura y a partir de ahí disfrutó del resto del partido, combinando golpes ganadores con errores no forzados de su rival y sellando el billete para la final del ATP World Tour Finals 2015, certificando el pase con el mismo marcador que el conseguido en el primer parcial.

Novak Djokovic celebra la victoria ante Rafa Nadal
Caption

Novak Djokovic demostró una vez más en tierras londinenses que es el mejor tenista actual, mientras que Rafa Nadal, pese a no disputar un buen partido, termina la temporada con buenas sensaciones y con la confianza suficiente como para afrontar la temporada 2016 con plenas garantías de volver a su mejor versión.

VAVEL Logo