Uno de los cuatro ‘mosqueteros’, de los cuatro grandes. Quizá el menos llamativo no sólo por ser el que menos títulos posee en su palmarés, sino también por ser el que practica un estilo de juego menos atractivo para el espectador. Sin embargo, Andy Murray es uno de los grandes tenistas del siglo XXI y es habitual verle en las últimas rondas de cada torneo, un éxito que se ha ganado a base de trabajo e inteligencia dentro y fuera de las pistas. Si bien nunca ha encabezado el ránking ATP, el tenista escocés ha logrado terminar entre los cuatro primeros puestos en siete de las últimas ocho temporadas, algo que muy pocos tenistas pueden decir en la era actual del deporte de la raqueta.

Ahora, y tras finalizar su participación en el ATP World Tour Finals 2015, donde cayó en la fase de grupos, Murray tiene ante sí un reto de proporciones mayúsculas: liderar a su selección a conquistar la Copa Davis. El jugador británico finalizó su temporada centrado en llegar en buenas condiciones a esta última eliminatoria de la competición, y las opciones de Gran Bretaña pasan por su raqueta. El tenista de Dunblane quiere situar a todo un país, uno de los que posee mayor tradición tenística, en el Olimpo del tenis, y para ello sólo podrá ofrecer su mejor versión.

Una temporada regular

Si puede definirse con una palabra la temporada 2015 de Andy Murray, ésa es sin duda, regularidad. El escocés ha vuelto a cuajar una temporada notable, como viene haciendo desde 2008, demostrando por qué es uno de los mejores tenistas del planeta. La campaña comenzó con uno de los grandes torneos del año, el Open de Australia, donde el jugador de Dunblane llegó hasta la final y perdió en cuatro sets ante el número uno del mundo y máximo favorito al título, el serbio Novak Djokovic. A continuación llegaron dos derrotas consecutivas en cuartos de final, la primera en Rotterdam ante Gilles Simon y la segunda en Dubai ante Borna Coric.

Novak Djokovic se convirtió en su bestia negra desde el comienzo del año

La temporada de Masters 1.000 comenzó en territorio norteamericano, y allí Djokovic comenzó a convertirse en la ‘bestia negra’ del británico esta temporada. Tanto en Indian Wells como en Miami, el serbio se cruzó en el camino de Murray y le privó de la victoria tras derrotarle en semifinales y en la final respectivamente. Sin embargo, la llegada a Europa le sentó a la perfección al tenista de Dunblane, que consiguió sus dos primeros títulos de la temporada. En Munich, Andy Murray derrotó al local Philipp Kohlschreiber para conquistar el trofeo, mientras que una semana después, venció a Rafa Nadal en Madrid para alzarse con el Masters 1.000 celebrado en la capital española.

Tras retirarse en la tercera ronda del Masters 1.000 de Roma, Murray llegó con buenas sensaciones a Roland Garros. Pese a que la tierra batida no es precisamente la superficie favorita del escocés, su calidad y la mejora experimentada y demostrada en los últimos meses le convertían en uno de los favoritos al título. Pero de nuevo se cruzó en su camino Nvak Djokovic, que superó en semifinales al tenista de Dunblane. Las penas duraron poco para el británico, que en Londres y sobre la hierba volvió a ofrecer su mejor versión. En primer lugar, para conquistar en Queen’s su tercer trofeo de la temporada, mientras que en Wimbledon alcanzó las semifinales, donde cayó ante el ‘maestro’ de la hierba, Roger Federer, en las semifinales del torneo.

Después llegó la gira norteamericana, donde Andy Murray no logró buenos resultados. A excepción del Masters 1.000 de Montreal, donde consiguió superar a Novak Djokovic y alzarse con su cuarto título de la temporada, el resto de torneos terminaron de manera prematura para el escocés. En la capital estadounidense, Murray perdió ante el ruso Teymuraz Gabashvili en segunda ronda, mientras que en Cincinnati su tope fueron las semifinales, donde de nuevo Roger Federer le apeó del torneo. Peor aún le fueron las cosas en el último Grand Slam de la temporada, el US Open, pues perdió en cuarta ronda ante el sudafricano Kevin Anderson.

En Shanghai y París, Novak Djokovic apareció de nuevo para ganar al británico en semifinales y final respectivamente. Y ya en el último torneo del año, el que reúne a las ocho mejores raquetas cada temporada, se saldó con su eliminación en el Round Robin tras vencer a David Ferrer y perder ante Rafa Nadal y Stanislas Wawrinka.

Una trayectoria impecable

Si la temporada en general de Andy Murray la definíamos como regular, su participación en la Copa Davis ha sido perfecta. El tenista escocés ha disputado seis encuentros individuales en la competición por selecciones más prestigiosa de este deporte, y ha conseguido la victoria en todos ellos. Además, el escocés también consiguió la victoria en el único partido d dobles firmando un impecable siete de siete.

Murray acumula un balance de 7-0 en la Copa Davis 2015

En la primera ronda de la competición, Gran Bretaña se enfrentó a Estados Unidos, y Murray consiguió sus dos puntos tras derrotar a Donald Young y a John Isner. En cuartos de final, fueron los franceses Jo-Wilfried Tsonga y Gilles Simon los que sucumbieron al tenis del jugador británico, que también fue decisivo en semifinales. Ante Australia, Andy Murray ganó a Thanasi Kokkinakis y a Bernard Tomic para sumar dos puntos importantes, pero el punto decisivo, el del partido de dobles, también tuvo como protagonista al británico, que junto a su hermano dio a su país el pase a la final de la Copa Davis.

Ahora, ante Bélgica en Gante, Andy Murray tiene la oportunidad de hacer historia y sumar a su palmarés una Copa Davis, un título que además volvería a situar a Gran Bretaña en la élite, pues el país europeo acumula 79 años sin conquistar el título. Para conseguir la ensaladera, el héroe británico tendrá que mantener el juego desplegado durante toda esta temporada en la competición de selecciones y ejercer de líder dentro y fuera de la pista para lograr el triunfo. El jugador de Dunblane ha demostrado durante los últimos ocho años que es uno de los mejores tenistas del planeta y la final de la Copa Davis 2015 pasa por sus manos.