Sin argumentos y atrapado en un bucle de inseguridad. Así se mostró el jugador catalán durante todo el 2015, año aciago para sus intereses en el que perdió muchísimos puntos. Acostumbrado a transitar cómodamente entre los 40 mejores del mundo, Marcel finalizó la temporada como el 84 del ránking ATP, una cifra que muestra a las claras el mal año que ha tenido.

Los torneos Challenger ahondaron en la crisis

Comenzó cayendo ante Haider-Maurer en Chennai, un torneo que suele dársele bien, y en Melbourne no pudo plantar cara a Gilles Simon en segunda ronda. Su mejor tenis se vio en Zagreb, donde llegó a semifinales y sucumbió ante Andreas Seppi en un partido de muchos quilates. 

A partir de ese momento, las sombras se cernieron sobre el jugador catalán. Cinco partidos consecutivos cayendo derrotado ante jugadores como Matosevic, Stakhovsky o Dhumzur. Logró romper la racha en Montecarlo, imponiéndose a Mannarino pero Robredo le cortaría las alas. Auspiciado por su público, hizo un gran torneo en el Conde de Godó, donde ganó a Tsonga, y en Madrid, imponiéndose a Monfils en un duelo espectacular. Robredo y Murray, consecutivamente, frenaron su progresión. La temporada de tierra batida acabó en segunda ronda de Roland Garros, con Federer al otro lado de la pista castigándole inmisericordemente.

Ante la oleada de resultados mediocres, Marcel se lanzó al circuito Challenger en aras de recuperar confianza y ganar puntos, pero nada más lejos de la realidad. Sus derrotas en cuartos de final de Prostejov y Moscú, ahondaron en la incipiente crisis de juego y resultados, de la que no pudo salir en la hierba de Nottingham ni de Wimbledon, firmando en ambas una segunda ronda.

Final de temporada vagando por torneos menores

Alternando sin orden ni concierto los torneos ATP y Challenger estuvo el bueno de Marcel durante el verano. Lo culminó con una modesta segunda ronda en el US Open, cayendo ante Tsonga, mientras que seguía recolectando decepciones en torneos Challenger.

En definitiva, un año para olvidar. A sus 29 años, el jugador catalán ha de reaccionar ya que también en la modalidad de dobles ha experimentando un empeoramiento notable de sus prestaciones. Tiene tenis y motivación para darle la vuelta a esta situación, y si afronta el 2016 con frescura mental y sin la presión de defender muchos puntos, Granollers puede volver donde le corresponde.

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Sobre el autor
Diego Jiménez Rubio
Fui Coordinador General de Más Deportes y Viajes, y miembro del Consejo de Dirección de VAVEL España. Me encanta comunicar mi pasión por el turismo y el deporte, y hacerlo con responsabilidad y profesionalidad.