Maratón de tenis la que tuvo que afrontar este guerrero de las pistas. Jugar seis sets en un mismo día, a una intensidad notable, con el inicio del Abierto de Australia a apenas 48 horas, y con la tensión que genera el tener la posibilidad de adjudicarse un título. A todo esto no solo se repuso Troicki, sino que lo aprovechó para hacer su mejor tenis.

Nicolas Mahut fue su primera víctima propiciatoria, planteando más problemas de los esperados al serbio, al que se le vio algo nervioso. Finalmente, resolvió el encuentro por un marcador de 4-6 6-3 6-3, logrando el acceso a semifinales, donde no se vio las caras con Bernard Tomic, como todo el mundo esperaba, sino con el ruso Teimuraz Gabashvili, que se aprovechó de la retirada por lesión del joven australiano.

Remontada con garra

Remando contracorriente. Así se pasó todo el día Viktor Troicki; tras lograr levantar el partido ante Mahut, se encontró con un Gabashvili crecido, y que salió a tumba abierta. Al no haber tenido que disputar más que doce juegos contra Tomic, todo indicaba que en un partido largo, el ruso tenía las de ganar. 

Troicki tiró de corazón y muchos pulmones

Sin embargo, es preciso tener en cuenta el poderío físico de un Troicki que demostró estar más que en forma. Lejos de venirse abajo tras perder la primera manga por 3-6, se puso el mono de trabajo y se agarró a la pista como si no hubiera mañana. La efervescencia de Teimuraz fue menguando poco a poco, y el tenis de Troicki crecía exponencialmente en cada error del ruso.

Se fue el encuentro al tercer parcial, donde el serbio volvió a remontar. Perdió su servicio en la única opción de break de la que dispuso el ruso, pero Troicki apretó los dientes al resto y logró voltear el set. 6-4 en el parcial definitivo y proeza realizada. Troicki ya está en la final, donde intentará revalidar título, disputando un encuentro que se antoja muy bonito contra Grigor Dimitrov.