La canaria Carla Suárez logró llegar a cuartos de final derrotando en la primera ronda a la suiza Viktorija Golujovic, pasando a la segunda ronda, donde conseguía vencer a la griega Maria Sakkari, mientras que en la tercera ronda la rusa Elizaveta Kulichkova era la encargada de sucumbir ante el poderío de la canaria, y por último, se proclamaba vencedora contra la australiana Daria Gavrilova, en un encuentro con un primer set complicado para la canaria pero con buen final, accediendo así hasta la antepenúltima ronda del primer Grand Slam de la temporada, el Open de Australia.

"Empecé demasiado relajada y poco enchufada, me costó caro"

La tenista canaria no tenía el público a su favor, dado que Daria Gavrilova jugaba en casa, algo que le pasó factura en el primer set del encuentro, pero consiguió remontar en un choque de dos horas, donde los nervios estuvieron a flor de piel. "En el primer set empecé demasiado relajada y poco enchufada, me costó caro, jugando ante una tenista local y con el público en contra, no es fácil, simplemente me quedó confiar, creer en la victoria. Sabía que aún quedaba tiempo y que el partido podía ser largo y así fue", comentó ante los medios de comunicación.

El comienzo del segundo set para Carla Suárez fue duro, puesto que sufrió una pequeña lesión en la rodilla durante el final del primer set, y tuvo que ser atendida por el servicio médico; ahora la tenista canaria piensa en su próximo encuentro contra la polaca  Agnieszka Radwanska, una rival dura, de lo que es consciente la canaria, pero afronta el encuentro con ganas e ilusión. "He sentido un pequeño pinchazo casi al final del primer set, noto una pequeña molestia, pero entre esta noche y mañana creo que lo podemos recuperar bien para el siguiente partido. Será un partido duro, ella ganó el último torneo de 2015 y el primero de 2016", concluyó.