David Ferrer era el único representante del tenis español en el cuadro masculino del Open de Australia tras la derrota de Roberto Bautista. El tenista alicantino, sin hacer mucho ruido, alcanzó los octavos de final del primer Grand Slam de la temporada realizando un buen tenis e imponiéndose con una notable suficiencia y solidez, poniendo en práctica a la perfección las características habituales de su estilo de juego. En la cuarta ronda del torneo, 'Ferru' se veía las caras con John Isner, uno de los 'cañoneros' del circuito al que sólole falta regularidad y solidez mental para pelear contra los mejores.

Pronto desequilibrio

El estadounidense, con su espectacular servicio como mejor aliado, comenzó el partido muy agresivo no sólo con su saque, sino también con su derecha, lo que le permitió anotarse el primer juego del encuentro sin demasiadas dificultades y demostrando que no sólo es un buen tenista al servicio. Por su parte, Ferrer fue fiel a su estilo y comenzó a dominar los intercambios desde el fondo de la pista, encontrando la precisión con el pas de los minutos. De esta forma, y consiguiendo poner el resto sobre la pista, el tenista español no sólo sumó su primer juego, sino que consiguió romper el saque de su rival para conseguir la primera ventaja.

Ferrer salvó tres bolas de 'break'

Una vez certificado el 'break', Isner se mantuvo aferrado al primer set gracias a unos excelentes porcentajes con el primer servicio, lo que le permitió ir sumando los juegos al saque. Sin embargo, esa pequeña ventaja conseguida en el tercer juego fue un muro insalvable para el norteamericano, que se vio incapaz de inquietar a David Ferrer. Sólo en una ocasión estuvo a punto de conseguirlo, pues dispuso de dos bolas de 'break', pero además del tenis, el jugador de Jávea es uno de los más combativos sobre la pista, manteniendo la ventaja de dos juegos que lee permitió cerrar la primera manga por 6-4.

Mayor igualdad, mismo resultado

En el segundo parcial, el guión discurrió por la misma línea que en el primero, y ambos tenistas fueron ganando sus respectivos servicios sin demasiadas dificultades. John Isner intentaba imponer su estilo de saque y derecha para dominar los puntos y hacer correr al español, que intentaba dominar los puntos con su ajustada derecha y su capacidad para enviar bolas ajustadas. Así, el partido se equilibró y dio la sensación de mantener una línea de igualdad durante todo el set.

John Isner volea durante un punto. Foto: zimbio.com
John Isner volea durante un punto. Foto: zimbio.com

Sin embargo, en el séptimo juego, el escenario cambió radicalmente. Dos errores no forzados del estadounidense y una gran derecha de Ferrer permitieron al alicantino disponer de tres bolas de 'break'. Y el jugador español aprovechó la primera, pues un nuevo error no forzado de Isner le permitió ponerse 4-3 arriba en el marcador del segundo set. 'Ferru' consolidó esta ventaja y, tras el juego ganado por su rival, se encontró con la misma situación que en el set anterior: 5-4 arriba y con su servicio. El jugador de Jávea no desaprovechó la oportunidad y se colocó a un sólo set de los cuartos de final del Open de Australia 2016.

Nervios vs. fiabilidad

En la tercera manga, la igualdad aumentó y ambos tenistas disputaron diez primeros juegos muy igualados. Ferrer e Isner repartieron aciertos y errores a partes iguales y cada uno se mantuvo fiel a su estilo. El parcial tenía que romperse en algún momento y, de nuevo, la situación favoreció al alicantino. Con mucha agresividad desde el resto, 'Ferru' se colocó con dos oportunidades de romper el servicio de John Isner y servir para ganar el partido. 

Una doble falta condenó a Isner

Y en esa situación crítica, los nervios atenazaron al norteamericano, que cometió una doble falta en el peor momento. David Ferrer sí mantuvo su fiabilidad con el servicio y, con un juego blanco, cerró el partido con 7-5 y consiguió el billete para los cuartos de final del Open de Australia, donde se enfrentará al escocés Andy Murray.