Novak Djokovic ha utilizado su partido de hoy de cuartos de final del Open de Australia para demostrarle al mundo que lo del otro día con Gilles Simon fue todo un espejismo y que es, prácticamente, imbatible. Ha aprovechado un partido de tal dimensión como este y contra un rival que venía lanzado para volver a poner las cosas en su sitio, y eso sin jugar un grandísimo partido. Juega ''mal'' y gana cómodo.

El nipón llegó a estos cuartos de final por la puerta grande. Venció a rivales como Kohlschreiber, Krejicek, Guillermo García López y Tsonga, y únicamente cedió un set contra el español Guillermo García-López.

Tras su victoria a Jo-Wilfried Tsonga, Nishikori comentó en rueda de prensa que esperaba repetir la hazaña de vencer a Djokovic, como ya hizo en el US Open de 2013: ''Si, eso espero. El es uno de los mejores jugadores ahora mismo, y este año está jugando otra vez muy bien. Pero hoy he hecho uno de mis mejores partidos de esta semana y espero poder derrotarle". No ha sido posible. El serbio está en otra liga.

El partido empezó igualado. Hasta que el de Belgrado dijo basta. Rompió el saque de Kei para ponerse 4-2 arriba en el marcador y ya fue definitivo. Mantuvo su servicio y se hizo con el primer set por 6-3. Efectividad máxima del número uno del mundo, un punto de break a favor, una rotura. ¿Para qué más?.

El japonés iba a remolque y encima, en el segundo set, bajó mucho sus porcentajes con el saque. Debido a esto, volvió a ceder su saque en el primer juego de la segunda manga. Si al número uno del mundo le das tanta ventaja, te ''mata''. De nuevo, la nota dominante fue la efectividad en las bolas de quiebre. Djokovic salvó las cinco bolas de rotura que tuvo en contra y Nishikori sólamente pudo salvar tres de las cinco. Esto volvió a decantar la balanza para el pupilo de Boris Becker y Marian Vajda, por 6-2.

Foto: www.ausopen.com

Desesperación del nipón (www.ausopen.com )

El número siete del mundo no tenía nada que perder. Tenía que dar un salto cualitativo en su tenis si quería ser, al menos, competitivo, y esperar que Djokovic volviese a errar como lo hizo ante Gilles Simon en octavos de final, donde cometió cien errones no forzados.

Aires de esperanza aparecieron al comienzo del tercer set, se colocó 2-0 y aunque no consolidó el break, volvió a romperle el servicio a su rival en blanco para colocarse 3-1. Sin embargo, otro break del serbio, otro break en blanco. Recital de quiebres. 3-2. A partir de aquí, coser y cantar para Novak. Imposible plantarle cara a Djokovic con 36 errores no forzados en 2 sets. Esto hace un total de 9 juegos, un set y medio regalados. Además, de no ser capaz de consolidar dos breaks consecutivos. Así, no hay manera. La tercera manga se la volvió a llevar el vigente campeón por 6-4.

El japonés era una montaña rusaAlternaba tres o cuatro golpes ganadores con tres o cuatro errores no forzados seguidos. Sin consistencia es imposible. Además, la derecha le estaba haciendo un boquete en el cerebro.

Hoy era el mejor partido para pillar a Djokovic, ya que venía tras disputar cinco sets y más de cuatro horas en su anterior encuentro contra Simon y reconocer en rueda de prensa que ''no había podido jugar peor''. Sin embargo, con 52 puntos regalados a Nole, está complicada la cosa.

Roger Federer en el horizonte será su rival por un puesto en la final. Hueso duro de roer el suizo y más viendo como llega a este partido, tras dos exhibiciones tenísticas ante David Goffin y Tomas Berdych. Sir Roger Federer lleva estos datos en Grand Slams: 17 títulos, 27 finales, 39 semis, 47 cuartos, 55 octavos y 302 triunfos. Partidazo que ningún amante del tenis se puede perder. 

Foto: www.puntodebreak.com

El partido servirá para que ambos desempaten su 'head to head' particular. Tras una gran remontada, Novak consiguió igualar los duelos con el suizo (22-22). Final anticipada.

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