La polaca y la española se enfrentaban en el primer turno del día en un duelo que se esperaba duro para las dos. La polaca Agnieszka es la antítesis de lo que está dominando en los últimos años en el tenis femenino. Mientras la mayoría de jugadoras que despuntan en el circuito destacan por su agresividad, jugar a pocos tiros e intentar pegarla lo más fuerte posible, teniendo muy poca consistencia, la polaca destaca por todo lo contrario, una jugadora que madura los puntos, aprovecha el fallo de su rival y da el mazazo cuando tiene la oportunidad, teniendo en la regularidad su mejor arma. Todo esto la permitió convertirse a finales del año pasado en la reina de las maestras. En frente tenía a la española, otra jugadora que podríamos decir que está en "su equipo", que prefiere los puntos largos y madurarlos hasta encontrar la oportunidad y el hueco para atacar, destacando por su exquisita clase, pero por una mayor irregularidad.

El partido comenzó con una gran Radwanska desde el principio sintiéndose muy fuerte y segura, con las ideas bien claras. Carla sin embargo, comenzó muy nerviosa, cometiendo errores claros, produciéndose el primer break en contra en el primer juego que tuvo oportunidad de restar la polaca. Y tras este vino otro, para ponerse 4-0. Carla no estaba jugando fatal, pero la polaca jugaba de forma inteligente y la regularidad le daba que se llevara los juegos, justo lo contrario que le pasaba a la canaria. A partir del cuarto juego el tenis se igualó, pero Aga se defendió de forma extraordinara por toda la pista y siguió marteniendo la distancia que había creado, provocando que Carla se desanimara un poco y provocara el tercer y definitivo break para cerrrar el set por 6-1.

El segundo set comenzó con otro break que podía haber matado definitivamente el partido, pero ésta vez Carla no bajó los brazos y comenzó a jugar su mejor tenis para que no se le fuera del todo el partido. Sin nada que perder ya, Carla empezó a tirar y a mover a todos los lados de la pista a su rival, que cada vez tenía más dudas, mientras la española hacía méritos para conseguir su primera rotura. No lo consiguió a la primera, pero insistió y lo consiguió a la segunda oportunidad, llegando a ponerse 3.3 y con oportunidades de ponerse por delante en el partido. En estos momentos se vivieron los puntos más bonitos y emocionantes, la polaca subo aguantar con su servicio.  No pudo hacer lo mismo Carla, que su debíl servicio fue uno de sus grandes debes en el partido, y volvió a ceder una rotura que esta vez sería definitiva para que Aga pudiera cerrar el partido con su servicio, pese a los esfuerzos a la desesperada de la española.

La polaca accede a cuartos y se postula como una de las pocas rivales que podrían quitar el cetro a la número uno. Carla, por su parte, se va contenta por el papel realizado y con la evidente mejoría de resultados en Grand Slam en contraste con el gran punto débil que fue el año pasado.