El mejor de todos los tiempos contra quien oposita a serlo. El talento de un superdotado contra la voracidad de una pantera. La precisión de un reloj suizo contra la eficacia de un bombardero. Roger Federer contra Novak Djokovic.
La Rod Laver Arena, pista con nombre de leyenda, acogerá el 45º asalto de la que quizá sea la rivalidad más legendaria de la historia del deporte de la raqueta. Australia se convertirá por unas horas en la capital de un panorama tenístico que evitará pestañear para no perderse nada de la lección magistral que impartirán los dos alumnos más aventajados.
Un equilibrio que se tambalea en los Grand Slam
Cuando Roger Federer y Novak Djokovic se encuentran en la misma pista de tenis, el tiempo se congela, pasa a otra dimensión y entra en un equilibrio constante que llega hasta tal punto de quedar reflejado en los números.
Como si de una balanza perfectamente equilibrada se tratase, los enfrentamientos entre el suizo y el serbio se distribuyen a partes iguales: 22 victorias para cada uno.
Novak Djokovic y su incontestable dominio en los últimos tiempos ha Djokovic ha ganado 8 de los 14 duelos en Grand Slamterminado con la estabilidad aparente en los Grand Slam, donde sus 8 victorias contrastan con los 6 triunfos del helvético. Solo en 2007 Federer fue capaz de tumbar al serbio en Melbourne. Los otros dos duelos en tierras oceánicas cayeron del lado del campeón de 5 Australian Open.
Aunque en ocasiones cueste creerlo, los años hacen mella en las piernas de Federer. Los partidos a cinco sets a una intensidad tan alta como la que se le presupone a un enfrentamiento de estas características, son un claro handicap para él. Los 3 últimos duelos en los major fueron para el serbio. La última victoria del Maestro de Basilea en torneos de la máxima categoría se remonta a las semifinales de Wimbledon 2012.
Una victoria que pasa por la precisión en el saque
A tenor de los precedentes, pocos discuten el favoritismo de Novak Djokovic en estas semifinales. Pero en estas dos semanas, el serbio da síntomas de una ligera irregularidad que no veíamos desde hace mucho tiempo.
Roger Federer deberá aprovechar este mínimo oasis dentro de la tiranía, y resquebrajar la "piedra serbia" desde dentro. El saque y la agresividad en los puntos deben ser las pautas que guíen el asalto del suizo al orden establecido.
La precisión con el servicio, leitmotiv de una hipotética victoria, es condición sine quan on para el éxito. En los 4 partidos previos, el promedio de acierto con el primer servicio se sitúa en torno al 65%. Para minimizar los daños de los letales restos de Djokovic, este porcentaje debe situarse cerca del 70%, y en ningún caso bajar del promedio actual. La importancia de este factor, nos conduce al otro punto clave del partido: la agresividad en el juego.
Un alto porcentaje de primeros servicios debe permitir al suizo encontrar posiciones cómodas para golpear con garantías y avanzar hasta la red, lugar en el que su dominio ha de ser total. Al resto, el helvético tendrá que arriesgar y jugar con convicción los pocos puntos de rotura de los que disponga, uno de sus pocos puntos débiles.
Djokovic, como es lógico, debe asegurarse de que el partido se decida desde el fondo, con puntos lo más largo posibles. La suya tiene que ser una guerra por desgaste.
La importancia de la ronda
Más allá de los diferentes momentos de forma, las últimas victorias de Djokovic en los Grand Slam han tenido un importante factor psicológico.
Los tres últimos precedentes han sido en finales. La presión que Roger acumula desde Wimbledon 2012, su último major, tiende a transformarse en una ansiedad que le impide competir de tú a tú con el número uno del mundo.
Esta ocasión será diferente. En una semifinal en la que lo lógico sería Djokovic nunca ha perdido una semifinal de Australia (5/5)una derrota, Federer se ve liberado en gran medida de esa mochila a la espalda que supone la quimera del 18º Grand Slam. De hecho, la última victoria del suizo en un Grand Slam se produjo en la semifinal de Wimbledon 2012.
La mala noticia para Roger, es que Djokovic nunca ha perdido en la penúltima ronda de Australia. Cinco victorias en otros tantos partidos.
La Rod Laver espera con tensa calma la aparición de dos enemigos íntimos. Mayweather contra Pacquiao, Estados Unidos y la URSS en una guerra que es de todo menos fría. Magia para imponerse a la lógica.