Se acabó el sueño de Daniel Muñoz de la Nava en el ATP 250 de Buenos Aires. El tenista español participaba en este torneo tras la conocida baja del estadounidense Jack Sock que por problemas musculares tuvo que darse de baja del torneo estadounidense. De la Nava perdió por 4-6, 6-4 y 6-1 ante el portugués Gastao Elias en un encuentro que se alargó a las dos horas y ocho minutos de encuentro y que sin lugar a dudas se ha ganado el premio al partido más largo e intenso de lo que llevamos de torneo.

El primer set fue un encuentro muy vistoso ya que ambos tenistas tenían estrategias más bien distintas. Daniel Muñoz de la Nava basaba su juego desde el fondo de la pista e intentando conseguir un mayor número de peloteo, algo que le beneficiaba ya que el tenista portugués cometía numerosos errores desde esta faceta, ya que buscaba todo lo contrario sumándose en numerosas ocasiones en la red. El encuentro fue el escenario de un continuo intercambio de golpes, con roturas de saque intercambiadas en la primera manga, en el que el representante de la 'Armada' salió favorecido. 6-4 en 43 minutos y el tenista madrileño con sensaciones muy buenas ya que estaba siendo el claro dominador del encuentro.

En el segundo set, las cosas cambiaron a favor de Gastao Elias que empezó a jugar con mas confianza y más agresivo desde el fondo de la pista, olvidándose de arriesgar en la red, ya que eso le provocó la pérdida del primer parcial. Su primer servicio ya era fiable, de hecho, le aporto un 75% de los puntos ganados con el mismo y se imponía desde el fondo de la pista, algo que entraba dentro de lo lógico. Pero el tenista español también se mantenía firme al servicio, intentando dejar casi cerrado el partido, consiguiendo llevar el partido igualado hasta que se llego al empate a cuatro. Allí el tenista portugués nacido en Caldas da Rainha consiguió romperle el servicio al tenista español y conseguir llevar el partido a un tercer y definitivo set.

En el set definitivo, Gastao Elias demostró desde el principio que se encontraba con más confianza y con menos fatiga que su rival, ya que cada saque le costaba a Daniel Muñoz de la Nava un mundo, mientras que el tenista portugués no tenia mayores problemas para llevárselos, y es que el tenista español apenas podía inquietarle el saque a su rival. Dos roturas de manera consecutiva iba a ser el final de una masacre.